Australia está sufriendo los peores incendios en estos momentos y todavía no ha llegado febrero, el mes más caluroso y seco del verano en nuestras antípodas.
Probablemente te estés haciendo muchas preguntas estos días. Y probablemente una de ellas sea: ¿podría pasar esto aquí?
Por eso hoy te contamos qué tienen en común los incendios de Australia y España.
1. España y el sur y sudeste de Australia son ecosistemas mediterráneos
Los incendios más devastadores en Australia se localizan en el sur y sudeste del país, zonas con ecosistemas mediterráneos como el de España en los que la época seca coincide con la de calor.
Australia, California (EEUU), Chile, Sudáfrica y países de la cuenca mediterránea en Europa como Portugal o Grecia ya han sufrido incendios dramáticos cuyas imágenes tenemos grabados en nuestra memoria.
El área mediterránea es, según la comunidad experta del IPCC, una de las zonas más vulnerables del planeta al cambio climático, siendo la cuenca mediterránea la que se calienta un 20% más rápido que el resto.
2. Los incendios forestales son propios de los ecosistemas de España y Australia
Tanto en España como en Australia nuestro paisaje se ha modelado históricamente con el fuego y la vegetación del ecosistema mediterráneo está adaptada al mismo.
Las comunidades indígenas siempre han convivido con el fuego y en España su uso ha sido (y sigue siendo en muchas sitios) una herramienta de gestión del territorio.
3. Ambos países tienen viviendas en medio rural que dificultan la extinción
España ha llegado a tener hasta 20.000 incendios anuales. Este número ha disminuido con los años fruto de una extinción cada vez más exitosa (el 67% de los incendios en 2019 quedaron en menos de 1 hectárea).
Sin embargo, cada vez asistimos a más episodios virulentos, como el del pasado verano en Valleseco (Gran Canaria), cuando se desalojó a 10.000 personas y 10.000 hectáreas acabaron calcinadas. En estos incendios, los efectivos en terreno contaban que nunca habían visto algo así.
La interfaz urbano forestal (viviendas en el medio natural) dificulta los planes de extinción tanto en España como en Australia, donde los efectivos tienen el mismo orden de prioridades en la extinción: primero las personas, después las casas e infraestructuras (ya vacías) y después el medioambiente. Miles de personas han sido desalojadas en nuestras antípodas.
4. España y Australia sufren sequías y olas de calor agravadas por el cambio climático
Australia vive una sequía histórica y olas de calor intensificadas, caldo de cultivo para los incendios de alta intensidad.
En el año 2017, en España se sufrió una sequía sin precedentes y fue también el año en el que más grandes incendios forestales hubo del decenio. Son consecuencias del cambio climático que se traducen en la virulencia de las llamas.
5. En ambos casos el periodo de riesgo de incendio forestal se ha adelantado y ampliado
Los incendios en el verano en Australia se han adelantado a su época de máximo riesgo y se ha reducido el periodo en el que se pueden realizar actuaciones preventivas (como las quemas prescritas).
Los incendios no son cosa del verano tampoco en España y es ahora, fuera de la época estival en nuestro territorio, cuando podemos ser parte de las múltiples soluciones frente a este problema tan complejo. Además, recordemos que en España el año pasado los primeros grandes incendios se produjeron en marzo.
¿Cómo se pueden prevenir este tipo de incendios?
Por las similitudes de los ecosistemas en Australia y España, así por la manera en la que afecta el cambio climático en la propagación del fuego, nuestro país podría enfrentarse a devastadores incendios como los que sufren estos días en nuestras antípodas.
Por eso, desde Greenpeace no nos cansaremos de repetir una palabra: prevención. A las administraciones pedimos:
- Que establezcan una política de prevención y extinción de incendios forestales que tenga en cuenta la variable del cambio climático, con una gestión preventiva que genere paisajes en mosaico que eviten la continuidad del combustible, previniendo incendios de alta intensidad. Para ello, será vital fomentar la dinamización del medio rural que mantenga ese nuevo paisaje.
- Que se asegure el cumplimiento de la normativa que planifica la respuesta ante los incendios (planes preventivos, de emergencia local y de autoprotección).
- Que se genere trabajo estable durante todo el año a las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (BRIF) que actualmente están en paro cuando podrían estar acometiendo medidas preventivas. Además, hay que tener en cuenta que cada vez habrá más incendios antes de junio.
- Que aporten múltiples nuevas soluciones e investigaciones sobre los megaincendios, porque las formas tradicionales no sirve en un territorio cambiante en un contexto de calentamiento global.
Pero no solo las administraciones, la ciudadanía también puede tomar medidas preventivas y de autoprotección:
- Si vives en el medio natural, pregunta si en tu municipio hay plan preventivo y de emergencia local. Si es zona de alto riesgo de incendio forestal la planificación es obligatoria.
- Pide información sobre los planes de autoprotección para realizarlo en tu vivienda. En este enlace tienes una calculadora que de forma sencilla te calcula el riesgo de incendio forestal.
- No hagas fuego en el monte y nunca una quema sin autorización.
- Infórmate a través de medios especializados para evitar bulos.
- Apoya a organizaciones que trabajan para prevenir y mitigar grandes incendios forestales.
- Manifiéstate y organízate ante la emergencia climática pidiendo al Gobierno que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero para prevenir los peores impactos del cambio climático. Puedes firmar nuestra petición aquí.
Ante los incendios de Australia, miremos también aquí y actuemos para prevenir y mitigar incendios que podrían ser dramáticos.
Autora: Mónica Parrilla
Fuente e imágenes: Greenpeace