En agosto de 2019 el gobierno de Mongolia inició una campaña para conseguir la declaración del año 2026 como Año Internacional de los Pastos y el Pastoreo (IYRP). Desde entonces, más de 40 gobiernos, entre ellos el de España, y 160 organizaciones internacionales han avalado su propuesta. Este empuje internacional logró el pasado 16 de junio el respaldo del Comité de Agricultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), por lo que los pastos se sitúan un poco más cerca de la posible ratificación del Año Internacional en la 76ª sesión de la Asamblea General de la ONU en septiembre de 2021.
La candidatura del Año Internacional está siendo impulsada a través de grupos de apoyo articulados en cada continente que están desarrollando una intensa labor de concienciación e incidencia política para garantizar que los pastos y el pastoreo sean reconocidos y protegidos a nivel mundial.
Varios de los gobiernos que apoyan abiertamente la candidatura, como el de Mongolia o el de Argentina, son países en los que el pastoreo hunde profundas raíces culturales e identitarias, pero en mayor o menor medida, los sistemas pastoriles están presentes en todo el planeta. De hecho, se estima que los pastos y el pastoreo como modo de vida, son el sustento de más de 500 millones de pueblos pastores en el mundo. España es también un buen ejemplo, donde cultura, historia y paisajes han sido en gran parte moldeados por el pastoreo
Estos sistemas han pervivido durante miles de años gracias a su interacción interdependiente y armoniosa con la naturaleza. Además, su alta eficiencia en el uso de recursos naturales y energía, su capacidad de producir alimentos en zonas consideradas marginales para la agricultura (como las áridas y de montaña) y su baja huella de carbono convierten a la ganadería extensiva, al pastoreo móvil y a la trashumancia en herramientas fundamentales de lucha contra el cambio climático. Que se aprobase la candidatura de 2026 facilitaría el reconocimiento global que se necesita para difundir su papel esencial.
“Los sistemas pastoriles son una excelente respuesta a los desafíos a que nos enfrentamos a nivel mundial. Los beneficios son ampliamente conocidos ya: ahora hace falta que los reconozcan los que toman las decisiones y las políticas los apoyen y promuevan como un sistema agrario que produce bienes y servicios imprescindibles para nuestro futuro”, concluye Concha Salguero, coordinadora de Trashumancia y Naturaleza, una de las organizaciones españolas que participan en grupo de apoyo europeo para la declaración del IYRP.
«Concluye Concha Salguero, coordinadora de Trashumancia y Naturaleza, una de las organizaciones españolas que participan en grupo de apoyo europeo para la declaración del IYRP.»