Los fabricantes, desde Tesla hasta Nissan Motor, ya están compitiendo por ver quién domina el mercado de la próxima generación de coches eléctricos, mientras acaba de empezar la lucha por saber qué compañías controlarán el lucrativo mercado que los impulsa.
Los coches son más sexys que los surtidores de gasolina o las estaciones de recarga, pero como muestra la historia del sector del petróleo, el combustible es un gran negocio. Un millón de coches necesitarán mucha energía y un sistema complejo para asegurar que la red no se sature.