Innovadora batería orgánica, hecha a base de agua, más barata y respetuosa con el medio ambiente.
La batería a base de agua ha llegado y es que un grupo de científicos de la Universidad de California han creado una batería orgánica hecha a base de agua, más barata y más respetuosa con el medio ambiente.
La tecnología que han usado estos investigadores se llama flujo orgánico reductor. Se trata de algo similar a una celda de combustible, como la que usa la NASA en los drones eléctricos de propulsión. Se compone de dos tanques que contienen soluciones de productos químicos electroactivos que son bombeados a una célula dividida por una membrana. Las diferentes soluciones interactúan a través de dicha membrana y la consecuencia es la producción de la energía eléctrica.
Según los investigadores estos tanques pueden ser de cualquier tamaño, por lo que la cantidad de energía que puede almacenar el sistema dependerá del tamaño de esos tanques (otro punto a favor). Por otro lado, estas baterías tienen una mayor vida útil que las conocidas baterias de litio o similares. Aproximadamente unos 5.000 ciclos de recarga, o lo que sería lo mismo, 15 años de uso. Al menos así lo afirma Sri Narayan, profesor de química del Colegio de Ciencias, Arte y Letras de Dornsife de la USC.
En comparación, las baterías de litio actuales solo aguantan 1.000 ciclos de carga, y su producción es 10 veces más cara.
Finalmente, cabe destacar que una de las claves de la baja toxicidad de estas baterías se encuentra en los materiales usados. No es necesario utilizar metales u otros materiales tóxicos, sino que se usan compuestos orgánicos oxidados a base de quinonas, unas moléculas que se encuentran en plantas, hongos, bacterias y algunos animales.
Según los científicos, llegará el día donde las quinonas que usan estas baterías, aunque actualmente dependan del origen natural, podrán obtenerse a partir de dióxido de carbono directamente.