La electrificación del transporte ha llevado a la creación de una imponente estación de recarga para autobuses. Es una tendencia al alza que está transformando varios de los ámbitos que creíamos conocer en la industria logística y del transporte de pasajeros. La sustitución de los vehículos convencionales movidos por combustible fósil por piezas eléctricas es una decisión consciente, sostenible y determinante. Su paulatina adopción en diferentes puntos del mundo promete bajar de forma significativa las emisiones de carbono, mejorar la eficiencia energética y bajar los costos operativos.
Una estación de recarga para autobuses jamás vista
Tras comunicarse que más de 100 autobuses eléctricos van en dirección al mercado polaco, ha salido a la luz el estratégico lugar que ocupa Australia en el sector de la movilidad. Se lo “debe” a su última apuesta.
El país de Oceanía se decanta por coches de autobuses eléctricos con tecnología de carga rápida montada en pórtico, carga ultrarrápida en 20 minutos. El depósito de autobuses de Brookvale, al norte de Sídney, está haciendo historia.
Ha pasado a ser el primero en Nueva Gales del Sur (NSW), Australia, en brindar una tecnología de carga rápida diseñada especialmente para autobuses eléctricos de batería. Un cambio encuadrado en una transformación mucho más extenso.
Está realizando la actualización de 11 depósitos estatales. La meta es abastecer una flota en expansión de autobuses eléctricos, capaces de obtener una carga completa en el transcurso de 20 minutos. La instalación integra un sistema de carga montado en pórticos con pantógrafos automáticos.
Se ensalza así como una solución capaz de optimizar los tiempos de recarga. Asimismo, acota el espacio necesario para el correcto desarrollo de sus funciones. Esta tecnología permite recargar autobuses con una autonomía de hasta 300 kilómetros en apenas 20 minutos.
Aunque este lapso de tiempo puede extenderse hasta una hora en función del tipo de carga y condiciones operativas. Este tipo de infraestructura ya ha comprobado su eficacia en puntos geográficos como Oslo o Hamburgo.
Ciudades en las que la electrificación del transporte público urbano avanza rápido. Su aplicación en NSW supone un gran impulso.
El objetivo de la estación de recarga de autobuses eléctricos es amplio
El plan que contempla el depósito de Brookvale es ambicioso. Pretende electrificar toda la flota de 8000 autobuses estatales. La estimación es que, para 2028, todos los autobuses diésel del depósito ya no estén y, en su lugar, se luzcan modelos eléctricos.
Otros depósitos en Leichhardt y Kingsgrove también atraviesan un profundo proceso de reconversión. Se prevé que terminen la instalación de su infraestructura eléctrica para 2026. Además, se levantará un depósito creado para autobuses eléctricos en Macquarie Park.
La conversión del depósito de Brookvale supone una inversión de 25 millones de dólares australianos. Con semejante despliegue, no solo vislumbra 13 estaciones de carga por pantógrafo y 10 cargadores por conexión directa. También cubre una estrategia energética más integral.
Actualmente, un sistema solar fotovoltaico de 250 kW instalado en el tejado cubre las operaciones del lugar. Por ejemplo, iluminación y oficinas. Además, esto les abre la puerta a futuras ampliaciones de autonomía de energía.
Potencial de la estación de recarga para autobuses de Australia
Por ahora, solo 13 autobuses eléctricos operan desde Brookvale. Pese a esto, la infraestructura ya se encuentra lista para cubrir una flota de 229 vehículos. Un contexto que evitará cuellos de botella en la implementación y hará posible una escalabilidad sin demasiados inconvenientes.
La transformación que están viviendo depósitos como el de Brookvale trasciende lo que podría ser un cambio tecnológico. Responde a una apuesta estratégica para asentar un modelo de ciudad más saludable, sostenible y resiliente.
Lo que está pasando con la estación de recarga para autobuses de Australia podría inspirar a otras regiones a dar el salto hacia una movilidad verdaderamente sostenible. En paralelo, Fuenlabrada es un ejemplo en cuanto a flotas de autobuses eléctrico: casi la mitad lo son.