Un gran proyecto que parecía que iba a liderar el futuro de las baterías ha derivado en la pérdida de 1200 millones. Había muchas expectativas puestas en esta iniciativa, pero el tiempo las ha borrado. La transición energética y tecnológica avanza a paso firme, tomando un protagonismo aplastante sobre opciones que hasta hace muy poco parecían indispensables. Un futuro más sostenible se está acercando vertiginosamente a una sociedad que necesita cambios inminentes en su abastecimiento. Sin embargo, no todos los proyectos logran alcanzar sus objetivos. El que exponemos a continuación es uno de ellos.
Decían que lideraría el futuro de las baterías, pero del proyecto solo quedaron las promesas
Tras el furor causado por la batería imposible, ha salido a la luz lo sucedido con un proyecto de baterías que no llegó a prosperar. Es de Natron Energy, una startup californiana que deseaba industrializar baterías de sodio-ion con electrodos tipo Azul de Prusia.
Pese a su deseo de cambiar el sector, sus promesas han tenido un triste final. La compañía ha cesado su actividad en Estados Unidos y ha cancelado su proyecto más importante. Se trataba de una gigafactoría de 1400 millones de dólares (alrededor de 1200 millones de euros) en Carolina del Norte.
La empresa estaba focalizada en el desarrollo y la producción de baterías de iones de sodio para aplicaciones de almacenamiento de energía.
Por ejemplo, centros de datos y sistemas industriales. Además, posaba su atención en funciones de “buffer” para picos de potencia en hubs de recarga, no a baterías para turismos eléctricos por su densidad energética más acotada.
El primer hito industrial de Natron Energy surgió en la primavera de 2024 con el funcionamiento de la producción comercial en Holland (Michigan). Esa planta fue el principio de su servicio a clientes de centros de datos. Al mismo tiempo, la firma progresaba en cuanto a certificaciones y escalado.
Un año después, esa instalación está cerrada. El impulso de la empresa se dio el 15 de agosto de 2024, cuando se anunció que Natron había elegido el Kingsboro CSX Select Megasite, en Edgecombe County (Carolina del Norte), para levantar una fábrica de hasta 24 GWh anuales.
Esta fábrica de baterías se iba a traducir en unos 1000 empleos y una inversión cercana a 1400 millones de dólares.
Todo parecía ir bien con este proyecto de baterías, pero…
El Estado tomó el compromiso de otorgar hasta 21,75 millones en reembolsos a través del programa JDIG, con respaldos locales adicionales para acondicionar el megasitio. La firma recalcó entonces que la nueva planta sería capaz de multiplicar por 40 la capacidad registrada en Michigan.
Pero las promesas de este proyecto de baterías pronto comenzaron a decaer. Durante este año, la iniciativa empezó a mostrar señales de fatiga financiera. El pasado 18 de julio, la prensa regional de Carolina del Norte comunicó que el plan del Kingsboro Megasite estaba paralizado producto de unos problemas de liquidez.
Esto a 11 meses del anuncio oficial. Fue una advertencia temprana de que las necesidades de capital circulante estaban empezando a ser difíciles de cubrir. Hacia finales de este verano, era innegable que el proyecto había llegado a su fin.
El 28 de agosto de 2025, la compañía se comunicó con las autoridades de Michigan y les mandó un aviso formal informando del cierre permanentes de sus instalaciones de Holland (MI) y Santa Clara (CA) con efectos el 3 de septiembre y 95 despidos entre ambos centros.
En el documento ha quedado especificada la naturaleza permanente del cese y el reparto de los puestos afectados.
A partir del 2 de septiembre, empezaron a aparecer noticias sobre el fin de las operaciones y la cancelación del proyecto de 1400 millones en Carolina del Norte. Medios estatales como The News & Observer expusieron que la marca tuvo que abandonar su actividad por “problemas no resueltos de financiación”.
El futuro de las baterías finalmente tendrá el sello de otras compañías
En los días posteriores, titulares de medios especializados como DataCenterDynamics y TechCrunch trataron el tema describiendo este crudo final como una liquidación ocasionada por problemas financieros.
La compañía no obtuvo el capital necesario para conservar la actividad y completar el escalado, a pesar el interés comercial en su tecnología y una hoja de ruta industrial. Manufacturing Dive dio detalles más concretos sobre la situación.
Existieron cierres en Michigan y efectivos, 95 empleados afectados y paralización del plan en Carolina del Norte. El gran proyecto que lideraría el futuro de las baterías ha quedado en la nada, pese a que se invirtieron alrededor de 1200 millones de euros (1400 millones de dólares). Mientras esto pasaba, Seat decidió conectar la planta de baterías con la línea de montaje de coches eléctricos en Martorell.