Cuando se trata de coches eléctricos, la innovación parece nunca ser suficiente, sobre todo cuando se trata de China. Nuestro querido gigante asiático vuelve a sorprendernos, pero esta vez con algo muy extraño, pues sus coches eléctricos podrán escupir sus baterías, pero ¿Cómo es posible esto? Quédate si quieres averiguarlo.
China y la movilidad eléctrica
Los coches eléctricos son cada vez más populares, pero eso no significa que las innovaciones vayan a detenerse, sobre todo, porque siempre hay algo que se puede mejorar. No podemos negar que estos coches son más amigables con nuestro planeta, sin embargo, no todo es perfecto.
Pensar en que un coche pueda incendiarse e imaginarse una batería calcinada genera mucha más preocupación, pero ¿Realmente esto puede pasar? La verdad esque los coches eléctricos tienen menos probabilidades de arder que uno a gasolina, sin embargo, sigue siendo una posibilidad.
Esto se debe a que, una vez que el fuego de una batería de litio comienza, es muy difícil de apagar, por lo que es muy importante encontrar una solución y aquí es donde China se está llevando el protagonismo, con una nueva creación.
El gigante asiático ha presentado un invento que parece sacado de una película de ciencia ficción, pero que está diseñado para un escenario de terror. Es un coche eléctrico que, en caso de incendio, lanza su propia batería al exterior.
Coches eléctricos que lanzan sus baterías
Si te sorprendiste con este transporte de moléculas de agua, quédate, porque ahora China nos sorprende con sus coches que escupen batería, gracias a un sistema que utiliza sensores que detectan si la batería se está recalentando.
En menos de un segundo, el mecanismo se activa y la expulsa con fuerza. El objetivo es alejar la batería (el riesgo más letal, que podría explotar) de los ocupantes, lanzándola entre 3 y 6 metros lejos del vehículo.
El vídeo de la prueba, fue realizado con un modelo SUV (el Chery iCar 03T) y se hizo viral rápidamente, pues mostraba una batería disparada hacia unas almohadillas de seguridad, sin embargo, no tuvo el recibimiento esperado.
No podemos negar que la escena, vista desde la protección del conductor, podría parecer un éxito, pero vista desde la calle y por los expertos en seguridad, es una locura, de hecho, la crítica ha sido unánime en el mundo entero.
Lo que sus creadores llaman el «Airbag de Batería» es, en la práctica, un peligro enorme. Se soluciona el problema del incendio dentro del coche, pero se crea un riesgo peor para el entorno, pues es una batería de varios cientos de kilos saliendo disparada como un proyectil en plena vía.
Esto podría impactar a otros vehículos, chocar contra peatones o causar una catástrofe en el entorno urbano. La polémica fue tan grande que las empresas mencionadas como involucradas, como Chery, se distanciaron de inmediato del invento, asegurando que «esto no tiene nada que ver» con su marca.
Hay que tomar otros caminos
La mayoría de los fabricantes occidentales y analistas coinciden en que lanzar la batería es un camino que ignora la seguridad urbana. La solución no puede ser convertir la batería en un proyectil, hay que buscar otros caminos.
Los fabricantes apuestan por tecnologías menos radicales y más responsables como los sistemas de blindaje reforzados, módulos sellados, y algoritmos inteligentes que controlan la temperatura de cada celda para evitar que el fuego se inicie.
China ya nos había asustado con sus proyectos ambiciosos y ahora, ha mostrado un sistema que resuelve un problema creando uno nuevo. La tecnología que ‘escupe’ la batería hace que los ocupantes del coche estén más seguros, pero pone en grave peligro a todas las personas que están fuera. Al parecer, esta vez el gigante asiático llamó la atención de todos, pero no de forma positiva, pues no se puede dar seguridad a unos, si se pone en peligro a otros.
