Actualmente, el transporte está pasando por una profunda transformación. El combustible ya no es válido solo por ofrecer rendimiento o rentabilidad. Ahora, se busca que ofrezca ciertas garantías ecológicas. ¿Por qué? Porque el cambio climático, ocasionado en gran parte por los gases contaminantes (a los que nos referimos en nuestro título como “basura”) difundidos por varios medios de transporte, ha avanzado a niveles exacerbados.
Frente a este escenario, han emergido combustibles innovadores cuyo propósito es acotar las emisiones de sustancias nocivas y acotar la dependencia del ser humano a los combustibles fósiles. Entre los nuevos combustibles llamativos, innovadores y prósperos encontramos la electricidad, la alternativa más buscada en el nuevo escenario ecológico planteado por autoridades y consumidores.
Si bien la producción de electricidad aún depende en gran parte de combustibles fósiles, la proliferación de fuentes de energía renovables está desembocando en que la electrificación del transporte se convierta en algo cada vez más respetuoso con el entorno. Los biocombustibles son otro importante actor en este nuevo ecosistema.
Se generan partiendo de plantas o residuos orgánicos. Existe la posibilidad de mezclarlos con combustibles tradicionales o usarlos como propulsión limpia. Dos ejemplos claros de este tipo de combustible nuevo es el biodiésel o el bioetanol.
Asimismo, el Gas Natural Licuado (GNL) tiene mayores índices de limpieza que los combustibles convencionales, además de desprender menos gases contaminantes y dióxido de carbono. Es sumamente popular en el sector del transporte pesado.
Ya no podemos soportar más contaminantes: este combustible tendría la solución
Si creías que el uso del aceite de consumo usado como combustible renovable era una idea próspera, espera a conocer la propuesta que exponemos a continuación.
Se habla de motores marítimos híbridos de hidrógeno-diésel. Lomarlabs, división de Lomar Shipping, está tratando de imponer una nueva forma de combustible más ecológica. El objetivo es convertir el transporte marítimo en un sector más ecológico.
Buscando este escenario, la firma ha anunciado su alianza estratégica con Newlight, una compañía tecnológica que se especializa en la reconversión de motores híbridos de hidrógeno y diésel. Dicha colaboración está focalizada en la adaptación de motores diésel tradicionales con el objetivo de que funcionen con una combinación de hidrógeno y gasóleo.
Así, el consumo bajará un 20% de media, además de que aplacar la difusión de «basura» (gases contaminantes). Hasta ahora, se ha podido demostrar un ahorro de hasta un 30% en pruebas realizadas en talleres. Esta colaboración entre empresas buscará conseguir el mismo resultado, pero en entornos reales a bordo de buques.
Este combustible podría salvar millones de vidas
La tecnología mencionada podría salvar millones de motores de la extinción. Esta reversión permitirá que los mares registren menores niveles de contaminación y, por ende, salvará muchas especies ubicadas en los mares. El sector marítimo en su totalidad persigue los objetivos de descarbonización impuestos por la OMI.
El hidrógeno salvaría los motores de combustión
Al mismo tiempo, los armadores tratan de dar con soluciones que les permitan estirar lo máximo posible la vida útil de los buques actuales. Llegará el día en el que tendrán que decirles adiós a sus motores actuales, pero este tipo de soluciones les permiten extender el plazo de tiempo disponible para prepararse para el cambio definitivo.
En este contexto, la tecnología de Newlight cumple con las metas de ambas instituciones. Permite la integración del hidrógeno como fuente más limpia, mientras la flexibilidad operativa de siempre permanece.
Mediante esta cooperación, las compañías involucradas desplegarán una instalación piloto el próximo verde. Lo harán sobre un buque Lomar y el propósito será obtener datos y hacer pruebas tanto en puerto como en mar. Con la adopción del combustible del futuro, la UE vería cumplidas sus exigencias.