El hidrogeno parecía ser el combustible del futuro, pues estaba revolucionando las energías renovables y la industria automotriz al mismo tiempo, sin embargo ahora se ha descubierto un nuevo combustible que parece ser mucho más eficiente, pero ¿Cuál es?
El problema del hidrógeno
El hidrógeno se ha vuelto cada vez más popular ya que es un elemento que prometía ser la clave para la transición energética, prometía un futuro descarbonizado, coches que solo emitirían vapor de agua y procesos industriales mucho más limpios.
Sin embargo, a pesar de su inmensa promesa, la implementación a gran escala del hidrógeno ha enfrentado grandes desafíos, pues su producción, transporte y almacenamiento en realidad no son para nada sencillos, al contrario, es bastante complejo y sobre todo costoso.
Para transportar y almacenar hidrógeno, se requieren condiciones muy extremas, ya sea una presión altísima de 700 bares o bien temperaturas criogénicas de -253°C para licuarlo, lo cual sin duda es muy complejo, costoso y también bastante peligroso.
Ante estas barreras, la comunidad científica y la industria han continuado explorando otras vías, buscando un combustible que ofrezca la misma promesa de descarbonización, pero con una mayor facilidad y menor coste en su manipulación y al parecer al fin han encontrado la solución.
En búsqueda de nuevas alternativas
Se trata del amoniaco renovable (NH3), un compuesto químico, producido a partir de la conversión de hidrógeno renovable y nitrógeno del aire, pero ¿Qué tiene de especial? En realidad presenta ventajas que lo posicionan como un gran competidor del hidrogeno.
Mientras que el hidrógeno líquido exige un almacenamiento criogénico a -253°C, el amoniaco puede ser transportado y almacenado a condiciones mucho más manejables: a solo 11,72 bares de presión o a una temperatura de -33°C.
Esta diferencia de más de 200°C en sus requisitos de manejo es realmente asombrosa, simplifica drásticamente la infraestructura y por ende reduce los costes asociados a su cadena de suministro. ¡Pero eso no es todo! También se cree que será la pieza clave para la descarbonización a gran escala.
Un camino hacia la descarbonización
Esto se debe a varias razones, empezando por su facilidad de almacenamiento que lo convierte en un excelente aliado para la gestión de energías renovables, un punto muy relevante sobre todo ahora que las innovaciones no para ¡Incluso hay paneles solares carnívoros!
Pero ¿Cómo ayuda el amoniaco? Por qué es mejor? Básicamente permite almacenar la energía solar o eólica de una manera mucho más económica y eficiente ya que funciona como si fuera una ‘batería química’ a gran escala.
En segundo lugar, gracias a su facilidad de transporte y almacenamiento el amoniaco renovable podría convertirse en el combustible perfecto para la navegación marítima, pues la industria naval constantemente está buscando alternativas al fuelóleo pesado y el amoniaco podría ser el camino ideal.
Y por si fuera poco el amoniaco renovable podría descarbonizar la agricultura, ya que actualmente, la producción de fertilizantes es un proceso muy contaminante porque depende mayoritariamente del hidrogeno obtenido de combustibles fósiles.
Pero si estos combustibles se sustituye por amoniaco renovable, los fabricantes de fertilizantes pueden reducir drásticamente la huella de carbono de los cultivos, haciendo que el sector agrícola sea mucho más sostenible.
José Ramón Freire, el director general de AEAR considera que el amoniaco «una de las moléculas más sencillas obtenida con electricidad renovable a partir de agua y nitrógeno del aire», lo que subraya su potencial como opción competitiva y limpia.
Sin duda el amoniaco parece ser el nuevo elemento estrella, pues además de revolucionar las energías renovables y el transporte, ahora hemos visto que tiene el potencial para descarbonizar nuestro futuro. Este elemento estrella nos hará cambiar desde la forma en que almacenamos energía, hasta la forma en que cultivamos nuestros alimentos, sin duda un elemento tan revolucionario como el mejor accidente del siglo.