Los coches voladores acaban de pasar a un segundo plano tras la aparición de una moto que parece sacada de Star Wars. Va a más de 200 km/h y podría cumplir con creces el gran sueño de la humanidad. Desde el día en que el ser humano reparó en el vuelo de los pájaros, anhela hacer lo mismo que ellos.
Y aunque en cierta forma ya lo ha conseguido al inventar al avión, las pretensiones de la humanidad siguen “volando” lejos. La posibilidad de que cada individuo tenga “sus propias alas” sigue pesando en el imaginario colectivo.
A lo largo de la historia, han surgido varios intentos de vuelo. Los primeros intentos fueron una clara imitación al vuelo de los pájaros. Un ciudadano de Coruña del Conde Burgos, en España, llamado Diego Marín Aguilera fue uno de los que llegó más lejos.
El inventor y precursor de la aeronáutica fue ideando discretos inventos con los que agilizaría después el trabajo de otros. Desarrolló un dispositivo que permitía mejorar el funcionamiento del molino que todavía existe sobre el Arandilla, otro para los batanes o molinos de agua y otro con el fin de aserrar los mármoles de las canteras de Espejón.
En las horas que dedicaba al pastoreo y las aves, Marín analizó minuciosamente el vuelo de las águilas. Fue así como comenzó a pensar en la idea de construir un aparato más pesado que el aire para transportar a un pasajero.
Cazó águilas y buitres para ampliar su conocimiento y, con la ayuda del herrero del pueblo, confeccionó el armazón y unas articulaciones de hierro de forja. Pedazo a pedazo durante 6 años de trabajo, el resultado fue una monumental máquina-pájaro.
El 15 de mayo de 1793 puso en marcha el gran avión de plumas, junto a su confidente Joaquín Barbero y su hermana. Logró un recorrido de 364 metros. Tuvo que aterrizar porque se rompió uno de los pernos que movían las alas. Sea como fuere, sentó un precedente.
La moto de Star Wars supera cualquier carro volador que hayamos visto
Ni con el verdadero coche volador se hizo tanto aspaviento como con la moto que acaba de aparecer en el mercado. Tomasz Patan, fundador de la compañía Volonaut, está efectuando una expansión en su catálogo de vehículos voladores eléctricos para la movilidad personal.
Entre ellos, destaca la pieza Airbike, un prototipo de aeromotor que se parece bastante a los speeder que se vieron hace años en la saga de películas de Star Wars.
Lo que propone Patan es una estructura ultraligera en fibra de carbono, desarrollada a partir de piezas hechas en ese mismo material con impresión 3D. Debido a estas características, la Volonaut Airbike registra un peso en vacío de apenas 272 kg.
Cómo es la moto de Star Wars que jubilará a los carros voladores
Se han revelado muy pocos datos del vehículo en cuanto a capacidades y prestaciones, aunque lo que sí se sabe es que puede llegar a los 200 km/h en vuelo.
Por otra parte, su sistema de estabilización de desarrollo propio respaldado por una computadora de vuelo dedicado permite un flotado automático y fácil manejo para su piloto. No cuenta con cabina ni parabrisas, por lo que el piloto tiene una visión total en 360º del entorno más cercano.
De la ficción a la realidad: La moto de Star Wars podría cambiar el sector de la movilidad
Ante el parecido innegable de su nuevo producto con el Imperio Galáctico de Star Wars, la compañía ha dado a conocer su Airbike con una parodia en la que repite una secuencia de persecución parecida a la mostrada en las películas de George Lucas entre Luke Skywalker, Leia Organa y los Stormtrooper. ¿Será verdad que esta moto puede llegar más lejos de lo que lo hizo el primer coche volador?