España le dio su ADN a Estados Unidos para gestar el primer coche volador. Los coches voladores están en el imaginario colectivo desde hace años. Representan el deseo humano de sobrepasar cualquier límite y hacerse dueño de los cielos, como una vez intentó Ícaro con sus alas de cera. No obstante, como alerta el mito, hay cierto peligro en el desafío de ir contra las leyes de la naturaleza que nos impide volar.
Dicha cautela se traduce en las grandes cantidades de dinero que supone la construcción de vehículos voladores. En la actualidad, ya hemos sido testigos de varias piezas que han tratado de llevarse el crédito del coche volador. Compañías como PAL V-Liberty, Toyota y KleinVision han mostrado su interés en hacer historia con vehículos como estos.
En España se han visto diferentes propuestas como las de Enaire, que proyecta la posibilidad de probar taxis voladores en municipios como Barcelona y Santiago de Compostela. Mientras tanto, otros sueñan con hacer algo a escala global. Es el caso del Skydrive de Toyota, que aseguran que está próximo a comercializarse.
España y Estados Unidos tienen que ver con el primer coche volador, un invento que el mundo no deja de mirar
En el Mobile World Congress (MWC) de Barcelona celebrado hace un año, la iniciativa de Alef Aeronautics, con sede en Estados Unidos, resultó sumamente llamativa.
Proponía un coche volador con la estructura y las ruedas que encontraríamos en un automóvil. Este rasgo lo diferencia de las iniciativas convencionales de drones de pasajeros o vehículos eVTOL, aportando una alternativa única en el sector de la movilidad aérea.
Bajo la denominación Model A, este vehículo que todavía se encuentra en la etapa de desarrollo tiene previstas sus primeras entregas para este 2025. La empresa habría recopilado 2850 reservas durante el evento, con contribuciones de 150 o 1500 dólares para las personas que escogieran su pedido con la opción de entrega prioritaria.
La firma prometía reembolsar el dinero a los interesados en el caso de que el proyecto no cumpliera las expectativas. Una propuesta arrolladora que supera al coche volador que Toyota pretendía traer al mercado en 2020.
¿Dónde está el coche volador que prometió Estados Unidos?
Con las dimensiones que podríamos encontrar en un vehículo terrestre, este prototipo puede circular con facilidad por rutas urbanas y rurales. Aunque existirá una alternativa con hidrógeno, Alef Aeronautics creó un sistema de propulsión completamente eléctrico.
El coche volador cuenta con ocho hélices y motores independientes, que le permiten despegar verticalmente y maniobrar con una gran versatilidad descartando la necesidad de pistas de aterrizaje o infraestructuras agregadas.
La gran novedad que presenta Alef Aeronautics un año después de su presentación es que su prototipo puede efectuar un despegue vertical.
Cabe destacar que, al estar catalogado como un vehículo de baja velocidad (LSV), el Model A trabaja bajo ciertas limitaciones fijadas por la ley respecto a su velocidad y otros parámetros.
Tiene un paquete de baterías, con el que llegará a una autonomía de hasta 320 kilómetros en carrera, número que se acota a 175 kilómetros durante el vuelo. El objetivo es que, cuando se necesite una alternativa de desplazamiento más rápido, el usuario tenga la posibilidad de aprovechar sus capacidades de vuelo.
El coche volador de Estados Unidos tiene esencia española
Asimismo, su asombroso diseño se ha alcanzado gracias a la comunión de dos destacadas compañías españolas del sector aeronáutico: Pucara Aero, filial valenciana de un reconocido grupo que abastece de componentes a Boeing y Airbus, y MYC, la madrileña especializada en el diseño y fabricación de piezas aeronáuticas.
Aunque el coche volador Model A todavía está en su etapa de prototipo, Alef Aeronautics considera que, tras completarse su desarrollo, su precio oscilaría en torno a los 300 000 dólares (por encima de los 280 000 euros). El propósito de la corporación es comenzar con la comercialización este mismo año.
Así, España le dio su ADN a Estados Unidos para gestar lo que podría ser el primer coche volador que llega al mercado, más allá de los campos de pruebas. Si todavía querés saber sobre este proyecto, aquí ampliamos la información.