Hace años que la industria nos “bombardea” con nuevas formas de abastecimientos para vehículos. Prueba de ello es la reciente aparición del motor del futuro en un gigante asiático. Sin embargo, lo que muchos no vivieron o no recuerdan es que España ya inventó el motor de agua hace décadas. El mundo todavía no nos cree, pero sucedió y hay pruebas.
Mucho se ha hablado en el último tiempo sobre la maquinaria eléctrica impulsada por hidrógeno y sus posibilidades como alternativa a los combustibles fósiles. En este último caso, la falta de infraestructura y los peligros particulares vinculados a los tanques de almacenamiento hacen que esta tecnología todavía no pueda estandarizarse.
Pero, aunque pueda parecer un concepto nuevo y vanguardista, lo cierto es que ya se habló de algo parecido hace 50 años.
España creó el motor de agua hace 50 años, pero el mundo no termina de creerlo
El flamante inventor del motor de agua fue Arturo Estévez Varela, un español que se convirtió prácticamente en una celebridad mostrando las increíbles bondades de su motor de agua. “Eso se murió con mi padre y nosotros tampoco nos hemos preocupado de moverlo”, manifestó Arturo Estévez hijo en un reportaje para RTVE en 2009.
Sin importar lo lejos que haya llegado, la realidad es que, a mediados del siglo pasado, un hombre llamado Arturo Estévez Varela inventó un motor capaz de funcionar con agua. Este ingeniero extremeño dedicó gran parte de su vida al desarrollo de todo tipo de dispositivos. Sin embargo, el que más prensa logró fue el motor que funciona con agua.
Tanto fue así que viajó por toda la península reuniendo adeptos para mostrar cómo se podía usar el agua como combustible en los motores de las motos.
Resultaba impensado que en plena crisis del petróleo alguien aparecería con un invento cuyo combustible fuera el agua. En ese momento, obtuvo una gran difusión por NO-DO, un medio propaganda franquista. La forma de proceder de Estévez se repetía una y otra vez.
Llegaba a una nueva ciudad, reunía a sus vecinos para beber agua de una jarra y mostrar que estaba libre de aditivos. Después, vertía el resto en el tanque de combustible de la moto.
Luego, arrancaba el vehículo y desaparecía. Una secuencia que se repetía una y otra vez. El misterio era latente y el gobierno franquista decretó una comisión de expertos para analizar qué podía estar sucediendo que el resto del mundo todavía no había descifrado. Como resultado de la investigación se dijo que este fenómeno tenía su razón de ser en una mezcla dentro del tanque.
El motor de agua pertenece a España, pero aún no ha conseguido triunfar
El presunto ingrediente oculto sería el boro. Este era un material demasiado caro en el mercado y económicamente su uso era inviable, por lo que el proyecto para llevar adelante el motor de agua se abandonó. Por su parte, Estévez siempre acuñó que el ingrediente secreto era otro.
Pero las investigaciones no acabaron ahí, otros estudios centraron su atención en el posible uso del ferrosilicio. Combinado con agua, produce oxidación, dando como resultado la generación de hidrógeno. Esta es una hipótesis. No se sabe con certeza si realmente era esto lo que pasaba en el tanque de las motos que mostraba Varela.
Aun así, según informa Mundo Deportivo, el invento finalmente se vendió su protagonista se hizo de oro. En la actualidad, el hidrógeno sigue viéndose como una alternativa a los combustibles fósiles. Compañías internacionales ya estudian su viabilidad y diferentes formas de implementarlo con la mayor seguridad y eficiencia posibles.
Mientras tanto, otros intentan lograr al menos una cuarta parte del éxito del inventor español del motor de agua. Prueba de ello este motor de agua, con 400 CV en 50 kilos de peso.