Aparece un motor gélido que desafía las leyes del universo. Es 700 veces más potente que el hidrógeno. Durante mucho tiempo, los combustibles fósiles se hicieron con el reinado del suministro de energía. Sin embargo, lo que antes parecía una solución para abastecer al ser humano, ahora se ve como una energía para su subsistencia.
No es fácil dejar de lado los motores de combustión actuales y adoptar nuevas alternativas en una industria demandante. Algunas de las opciones que han aparecido son sostenibles, pero no eficientes del todo o eficientes, pero con poca autonomía.
Hasta ahora, los diseños eléctricos y los motores que utilizan hidrógeno son los que han sonado con más fuerza, pero hay otro que podría llegar incluso más lejos.
Este motor gélido es más potente que el hidrógeno
En la búsqueda de nuevas opciones para la automoción, también ha aparecido el motor de nitrógeno líquido. El hidrógeno como combustible o las baterías eléctricas tienen en común que no son fuentes de energía primaria. Utilizan energía solar, nuclear o química para generarlos o recargarlos.
Este procedimiento tiene que realizarse con el mejor rendimiento posible y el combustible recibido tiene que poder acumularse y emplearse de manera eficaz. Para obtener y almacenar nitrógeno líquido, deben cumplirse una serie de requisitos, pese a ser una tecnología sencilla y conocida. Para empezar, se debe enfriar el aire hasta unos 196 grados cero.
Es en ese proceso en el que se separa el oxígeno del resto de los gases. Tras esto, puede ser almacenado en depósitos aislados para bajar al mínimo las pérdidas por evaporación. Presenta un coste bajo. Existen posibilidades de crear un motor con un funcionamiento parecido al de las máquinas de vapor que movían los ferrocarriles.
La diferencia es que no se precisa ninguna fuente de calor. Tan solo se requiere el uso de la temperatura del aire exterior que siempre va a ser más alta. Una gota de nitrógeno líquido multiplica por 700 veces su volumen al evaporarse. La expansión de estos gases puede usarse para mover un pistón y producir movimiento.
Este era el sistema empleado por Cryocar, una furgoneta reconvertida por la Universidad de Washington que circuló hace un tiempo atrás. CoolN2Car fue otro proyecto parecido presentado por la Universidad del Norte de Texas. Si los medimos con los vehículos eléctricos actuales ganaban con bastante ventaja.
Adiós al hidrógeno: este motor gélido podría ser el futuro
Los modelos expuestos anteriormente mostraban cómo el nitrógeno líquido consiente la acumulación de más energía en menos espacio y con menos peso. En consecuencia, la autonomía era mayor. Además, no era necesaria la sustitución de baterías cada pocos años y garantizaba una mayor seguridad. Pero no todo era color de rosa porque su rendimiento era más bajo que el de un motor de combustión tradicional.
En lo que concierne a su tecnología, tenía inconvenientes. Por ejemplo, era difícil el diseño y construcción de una nueva infraestructura para distribuir el nitrógeno líquido. ¿Por qué? Había riesgo de sufrir quemaduras por frío si se conducía inadecuadamente. Por otra parte, podía darse una fuga en un recinto cerrado que desplazase el oxígeno y asfixiase a cualquier persona.
Estas eran razones de peso para no proliferar, aunque hay que tener en cuenta que la gasolina o el hidrógeno también acarrean riesgos importantes. Las baterías no se encuentran libres de peligro de incendio y explosión. En su momento, la idea tuvo auge y, aunque algunos consideran que la tecnología ha sido superada por otros campos, todavía podría darnos sorpresas, especialmente ahora que los fabricantes de motores buscan nuevas alternativas.
En definitiva, este motor gélido (de nitrógeno líquido) es 700 veces más potente que el hidrógeno y, aunque tiene desafíos por solventar, todavía tiene entusiastas que confían en su potencial como la empresa Ecowavemotors.




















