Los combustibles fósiles incluyen el carbón, el petróleo y el gas natural y desempeñan un papel crucial en nuestra vida diaria. Esto sucede porque son la principal fuente de energía que se emplea en la actualidad, aun a sabiendas de que su combustión es altamente contaminante y que los gases que emite han provocado el Calentamiento Global.
La realidad es que los combustibles fósiles impulsan nuestro transporte, mantienen nuestros hogares térmicamente acondicionados, son la principal fuente de generación eléctrica y hacen funcionar nuestras fábricas. Además, son materia prima para fabricar infinidad de productos, como el plástico, el alquitrán, pinturas, cosméticos y muchísimo más.
Los combustibles fósiles son los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero o GEI, incluido el CO₂, que se acumulan en la atmósfera. Los científicos han demostrado que estas emisiones son la principal causa del fenómeno denominado calentamiento global. por lo que la quema de estos combustibles fósiles pone en grave peligro el equilibrio medioambiental de nuestro planeta.
Estos combustibles fósiles son ricos en carbono e hidrógeno, porque provienen de la transformación de la materia orgánica enterrada en el suelo durante millones de años. Es decir, que son animales o plantas que con el tiempo se han fosilizado. El empleo de estas fuentes de energía no solo agravan el cambio climático, sino que son fuentes de contaminación.
Además, los combustibles fósiles no son una fuente energética renovable. Esto sucede porque su producción se produce a escala geológica. Quiere decir que deben transcurrir muchísimos miles de años para que una planta o un animal muertos se transformen en carbón o petróleo. Los expertos predicen que en 70 años no habrá más petróleo y en menos de 2 siglos se agotarán las minas carboníferas.
¿Cómo se formaron los depósitos de combustibles fósiles?
Carbón
El enterramiento de árboles y restos vegetales dentro de determinado tipo de cuencas sedimentarias provocó la formación lenta y progresiva de carbón, el combustible fósil más comúnmente empleado. Este proceso está compuesto por varias etapas en las que se genera el producto que da lugar al siguiente. A medida que transcurre el tiempo aumenta la capacidad calorífica del combustible fósil. Estas son las fases de transformación:
- la turba
- el lignito
- el carbón
- la antracita (que tiene un contenido significativamente alto de carbono)
La mayoría de los carbones explotables se formaron en el Carbonífero (hace 360 a 300 millones de años). Y algunos, más recientemente, en la era Terciaria. Este combustible fósil se extrae en minas subterráneas o al aire libre.
El empleo de este, que es uno de los combustibles fósiles más dañinos, fue uno de los factores que contribuyeron a la primera revolución industrial durante el siglo XIX. No olvidar que el tren a vapor, alimentado con carbón, fue el impulsor de dicha revolución.
Petróleo y gas natural
Los principales constituyentes de los combustibles fósiles, como petróleo crudo y el gas natural, así como los productos que se fabrican en las refinerías, son hidrocarburos. Estos son compuestos químicos cuyas moléculas están formadas por átomos de carbono e hidrógeno mayoritariamente.
La génesis de los hidrocarburos es un proceso que también se extiende a lo largo de millones de años. Comienza con la acumulación de materia orgánica en un medio ambiente con pocas variables y casi en ausencia de oxígeno, como el fondo de mares o lagos cerrados.
Bajo la acción de las bacterias primero se transforman en lodos. Luego, bajo el efecto del aumento de temperatura provocado por los cambios de la materia, a medida que esta se descompone, continúan su transformación de forma lenta.
Finalmente, acaban siendo los combustibles fósiles que conocemos: petróleo y gas. Que al cambiar de estado comienzan a migrar hacia la superficie para concentrarse, si las condiciones lo permiten, en reservorios cerrados o depósitos. O, si no lo consiguen, impregnan las capas de rocas esquistosas.
Explotación de los hidrocarburos
Los depósitos de petróleo son más o menos fácilmente accesibles. Primero deben ser localizados y estudiados, durante una fase de exploración de varios pasos. En cuanto a la explotación en sí del yacimiento de hidrocarburos, este es un proceso largo y muy técnico, que requiere enormes inversiones de capital.
En el caso de que el petróleo se encuentre entre rocas y no en grandes ‘bolsas’, para su extracción se recurre al fracking o fractura hidráulica. Un proceso muy peligroso que consiste básicamente en romper las rocas con agua y arena a presión, para obtener el llamado ‘oro negro’. Este sistema es altamente contaminante para el medio ambiente y puede provocar pequeños terremotos que afectan a las zonas aledañas.
El gas natural se produce a medida que se descompone la materia. De hecho, este combustible fósil este compuesto en su gran mayoría por gas metano. Su extracción se produce de forma simultánea a la del petróleo, puesto que suele estar disuelto en él.
¿Qué es la energía fósil y cómo se usan los combustibles fósiles?
La “energía fósil” es la energía producida por la combustión de carbón, petróleo o gas natural. El carbón sigue siendo la principal fuente de producción de electricidad en todo el mundo, si bien lentamente se está comenzando a cambiar la matriz energética por una basada en energías renovables, como la eólica o la solar.
El carbón se usa tal cual se extrae. Una vez en las factorías o en las centrales térmicas, este combustible fósil se quema para calentar agua, cuyo vapor mueve las turbinas de generación. Una excepción es el carbón de coque que se usa en los altos hornos. Este se produce por calentamiento (pirólisis) del carbón, con el fin de eliminar ciertas sustancias y aumentar su eficiencia energética.
El petróleo crudo no se puede utilizar tal y como se extrae. Debe transformarse en combustibles y en otros productos diversos que necesitan las industrias del plástico y química. Esto se hace mediante el refinado, que es un proceso de varios pasos, según los que se obtienen distintos productos. Desde principios del siglo XX, el petróleo ha sido el factor desencadenante de la segunda revolución industrial.
El gas natural es un combustible fósil que solo necesita ser ‘licuado’. Para ello se lo somete a bajas temperaturas y alta presión y se obtiene gas natural licuado, más conocido como GNL. Este es fácilmente transportable y se usa directamente como combustible fósil. Su combustión genera agua y CO₂.