Los objetivos de la Unión Europea (UE) y China muestran las diferencias existentes entre las infraestructuras de carga de ambos lugares del mundo. Por su parte, Europa proyecta una movilidad limpia para 2030. Sin embargo, los datos ponen de manifiesto algo diferente. En la actualidad, la Unión Europea apenas está cerca de los 910 000 puntos de carga operativos, reporta Energy News. El número suena elevado, pero apenas supone menos del 25% de la meta impuesta por la Comisión Europea: 3,5 millones de enchufes para finales de esta década.
La UE sigue lejos de la meta
Si bien la Ley de Movilidad Sostenible obligará a poner puntos de carga eléctrica ultrarrápida en gasolineras, a este ritmo, con alrededor de 150 000 nuevas instalaciones al año, el bloque no alcanzaría ni la mitad de lo proyectado. Reportaría unos 1,7 millones en 2030.
Para lograr lo estipulado, serían necesarios más de 2,5 millones adicionales. En otras palabras, medio millón de puntos de carga al año. Un estudio confeccionado por Motointegrator y DataPulse Research, con datos del programa TEN-T de la Comisión Europea, expone que el problema no se ciñe a la cantidad.
El reparto, la potencia y la fiabilidad son puntos decisivos. La red avanza. Sin embargo, lo hace a dos velocidades. Lugares como Países Bajos disponen de 665 puntos por cada 100 000 habitantes. En contraposición, ubicaciones como España apenas llegan a 99.
Al otro lado del mundo, China vuelve a demostrar su dominio sobre la transición energética. La Administración Nacional de Energía (NEA) ha hecho la presentación del “Plan de Acción Trienal para duplicar la capacidad de servicio de las instalaciones de carga de vehículos eléctricos (2025–2027)”.
Con él, busca duplicar la capacidad nacional y atesorar una red de 28 millones de puntos de carga para finales de 2027. El proyecto, gestionados junto a otros 5 ministerios, pretende asegurar una óptima infraestructura. Segura, equilibrada e innovación.
Capaz de cubrir la demanda de más de los 80 millones de coches eléctricos que se moverán por el país durante los próximos años.
China avanza a paso firme con su infraestructura eléctrica
Hoy en día, la potencia media de los cargadores públicos en China llega a 45,5 kW. Cifra insuficiente para los picos de demanda durante los desplazamientos masivos.
Por este motivo, el plan vislumbra la instalación de 1,6 millones de nuevos cargadores rápidos de corriente continua (CC) en áreas urbanas, de las que 100 000 serán de alta potencia, por encima de los 60 kW. Sumado a esto, las estaciones con más de 8 años de operaciones se actualizarán.
Las que atesoren sistemas por debajo de 800 voltios se adaptarán a los nuevos parámetros de eficiencia y seguridad. El objetivo se torna más ambicioso en las autopistas. Son 40 000 puntos de carga los que veremos en actividad en áreas de servicio antes de 2027.
Las autoridades también acabar con la brecha existente entre áreas urbanas y rurales. Se procederá a la instalación de 14 000 cargadores CC adicionales en municipio que todavía no tienen infraestructura pública. En paralelo, se incentivarán proyectos piloto en 1000 comunidades residencial.
Todo con el propósito de incorporar la planificación y operación de los puntos de carga domésticos. Los nuevos domicilios deben incorporar el punto de carga o preinstalación necesaria, mientras que los barrios ya existentes se verán favorecidos por programa de modernización.
UE y China: Mismo objetivo, distintas realidades
China y la UE tienen el mismo objetivo trazado. Desde ambas ubicaciones se busca impulsar la movilidad eléctrica. Pero la realidad es muy distinta en sus respectivos escenarios. La meta de la UE son 3 500 000 millones para el 2030. China va por 28 000 000 en la mitad de tiempo. Mientras esto sucede, el mundo trata de comprender el alcance de la estación de recarga eléctrica imposible.














