Hay un país que se ha adelantado a la UE con los coches del futuro. Se ha decretado que todos tendrán que utilizar un nuevo combustible para un año que llegará antes de lo que imaginamos. El término ‘coches del futuro’ se ha tratado en varias oportunidades. Algunos los imaginan como vehículos autónomos y otros como soluciones renovables.
Aunque todavía es pronto para saber qué pasará dentro de unos años, hay algunos indicios de lo que podría suceder en el campo de la movilidad. Lo que está claro para varias naciones es que los combustibles deben cambiar.
Hemos abusado durante años de los combustibles fósiles, razón por la que ahora debemos afrontar las serias consecuencias del calentamiento global. La delicada situación en la que se encuentra nuestro planeta lleva a que el ser humano necesite encontrar nuevas fuentes de energía renovables y un país se ha adelantado a la Unión Europea en eso.
La UE se queda atrás en la industria de los coches del futuro
El Gobierno de Joe Biden anunció recientemente una nueva regulación sobre emisiones de vehículos que obligará a la industria a que la mayoría de los vehículos vendidos a partir de 2032 sean eléctricos o híbridos.
Los nuevos estándares impuestos por la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por sus siglas en inglés) disparan una nueva batalla judicial. Este tema será disputado en tribunales por la industria energética y por autoridades estatales republicanas.
Asimismo, abre un nuevo frente electoral. Recordemos que Donald Trump, rival de Biden en las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre, se ha mostrado contrario al vehículo eléctrico y una de sus promesas es echar para atrás la mayoría de las iniciativas medioambiental acuñadas por el presidente actual. Aunque las cosas podrían cambiar mucho de marzo a noviembre, por ahora rige lo estipulado por Biden.
Esto es lo que sentencia Estados Unidos sobre los coches del futuro
“Hace tres años, impuse un objetivo ambicioso: que la mitad de los nuevos coches y camiones que se vendieran en 2030 fueran de cero emisiones”, señaló Biden en su comunicado. “Juntos, hemos conseguido un progreso histórico. Cientos de ampliaciones de fábricas en todo el país. Miles de millones de inversión privada y miles de puestos bien pagados, dentro de los sindicatos”.
“Y conseguiremos mi objetivo para 2030 y aceleraremos en los años siguientes”. Sus nuevos estándares, no obstante, van a un ritmo más lento que la primera propuesta de la EPA, que fue presentada en abril del año pasado.
En aquel entonces, la exigencia era que el 67% de todos los coches y camiones ligeros nuevos fueran eléctricos para 2030.
Los coches del futuro están cerca, pero hace falta control
Esto resultó excesivo para los poderosos sindicatos del sector de la automoción, que protagonizaron en septiembre una huelga histórica de los tres fabricantes de Detroit: Ford, General Motors y Stellantis.
La principal preocupación que transmiten los sindicatos es que esta transición rápida al sector eléctrico pueda suprimir los buenos salarios de la industria, ya que gran parte de la fabricación de vehículos eléctricos se da en estados sureños, donde la presencia de líderes sindicales es escasa.
Biden le lleva ventaja a la UE y apuesta por los coches del futuro
Los nuevos estándares impuestos por Biden exigirán una transformación radical del sector automoción. A pesar del crecimiento del vehículo eléctrico y la estructura de carga necesaria para su correcto funcionamiento, el sector solo tiene el 7,6% de las ventas de vehículos en primera potencia mundial.
Seguir las directrices impuestas por la Administración Biden es crucial para que el país cumpla sus objetivos ambientales. No obstante, para que se pueda comprobar si sus requisitos funcionan o no, antes tendrá que pasar por las urnas.
En definitiva, 2024 será decisivo para Estados Unidos, ya que podría definirse si en 2032 llegan los coches del futuro o no. Sin duda, la UE permanecerá atenta a lo que suceda. Mientras llega el esperado mes de noviembre, siguen apareciendo noticias automovilísticas, como la batería vegetal que utilizarán los vehículos del futuro.