En medio de la espera por la aprobación de la ley de bienestar animal, el país se entera, una y otra vez, de crudos casos de agresiones a especies que se muestran indefensas frente al poder destructivo de algunos humanos.
Un tucán, un perro, un oso hormiguero y un armadillo, tienen en común la marca indeleble de la crueldad de un sector de la sociedad costarricense que, sin que existan motivos claros, se ensaña en maltratar a los animales.
En medio de la espera por la aprobación de la ley de bienestar animal, el país se entera, una y otra vez, de crudos casos de agresiones a especies que se muestran indefensas frente al poder destructivo de algunos humanos.
El 8 de enero, el centro de rescate animal Zoo Ave hizo públicas las imágenes de un tucán que perdió gran parte de su pico. Los responsables habrían sido un grupo de jóvenes que lo agredieron con un palo de madera.
Solo una semana después, el 16 de enero, se dio a conocer la noticia de un perro que fue rescatado mientras colgaba de un puente atado con un cable a su cuello. El can fue llevado de emergencia para recibir atención veterinaria, pues tenía una herida en estado de descomposición.
El 13 de febrero, un oso hormiguero se convirtió en el tercero de los casos más notorios de abusos contra animales. El espécimen fue hallado en estado crítico tras recibir múltiples heridas de machetes en varios puntos de su cuerpo.
Pese al traslado a un centro especializado y la rápida atención de sus lesiones, el delicado estado de salud del oso hormiguero terminó por quitarle la vida este sábado, a causa de una hemorragia cerebral.
El 28 de febrero, un armadillo fue encontrado herido y atacado por un machete en una propiedad en San Bosco de Pococí. El armadillo fue evaluado por un veterinario. Su nariz había estado cerca de la amputación, quedando con daños permanentes.
El animal depende de su sentido del olfato para encontrar comida y hacer sus madrigueras. Eso significa que la lesión es grave y no va a ser capaz de sobrevivir solo en la naturaleza.
Sin embargo, estos no son los únicos casos similares que ocurren en el territorio nacional, pues muchas de las agresiones contra animales no son denunciadas o no logran la notoriedad de estas tres particulares.
Mientras tanto, ante la ausencia de una ley que establezca protección para estas especies y castigos para quienes las ataquen, alguien que sea hallado culpable de una falta de este tipo solo recibiría una sanción de entre cinco y 30 días de multa.