Amaia Barredo, directora de Planificación Ambiental del Gobierno Vasco, ha explicado esta mañana a los representantes de los países y regiones que asisten al encuentro “cómo en Urdabai desarrollamos una estrategia de mantenimiento, divulgación y estudio permanente de ese entorno lo que contribuye a que ese espacio se conserve y sea disfrutado por nuestra sociedad”.
EuroMAB es la mayor y más antigua de las Redes Regionales MAB y agrupa a 52 países, entre ellos Canadá y los EE.UU., y a 289 reservas de la biosfera. Las reuniones de los Comités Nacionales del MAB y las reservas de biosfera coordinadores de EuroMAB han tenido lugar cada dos años desde 1986
Según Amaia Barredo, “el Programa MAB promueve el uso sostenible y la conservación de los recursos de la biosfera y la mejora de la relación entre las personas y su entorno, predice las consecuencias de las acciones de hoy en el mundo de mañana y con ello aumenta la capacidad de las personas para gestionar de manera eficiente los recursos naturales para el bienestar de las poblaciones humana y el medio ambiente”.
La Reserva de la Biosfera de Urdaibai, en Bizkaia, ocupa 22.040 hectáreas. En ella se sitúan más de veinte municipios con una densidad media de 154 hab/km2, cifra sensiblemente inferior a los 301 hab/km2 registrados en la Comunidad Autónoma del País Vasco y los 514 hab/km2 en Bizkaia.
Al centrarse en los sitios internacionalmente reconocidos dentro de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera , el Programa MAB identifica y evalúa los cambios en la biosfera como resultado de las actividades humanas y naturales y los efectos de estos cambios en los seres humanos y el medio ambiente, en particular en el contexto del cambio climático; también propone el estudio y la comparación de las interrelaciones dinámicas entre ecosistemas casi naturales y los procesos socio-económicos, en particular en el contexto de pérdida acelerada de la diversidad biológica y cultural con consecuencias inesperadas que afectan la capacidad de los ecosistemas para continuar proporcionando servicios críticos para el bienestar humano.
El programa garantiza el bienestar humano básico y un medio ambiente habitable en el contexto de la rápida urbanización y el consumo de energía como motores del cambio ambiental; promueve el intercambio y la transferencia de conocimientos sobre problemas y soluciones ambientales y fomenta la educación ambiental para el desarrollo sostenible.
La Red Mundial de Reservas de Biosfera cuenta con el apoyo de varias redes regionales, subregionales o temáticas:
La Red Africana de Reservas de Biosfera (AfriMAB), creada en 1996 y compuesta por 33 países de África.
La Red ArabMAB, establecida oficialmente en 1997 y compuesta por 18 Estados Árabes.
La Red de Reservas de Biosfera de Asia Oriental, creada en 1994 y compuesta actualmente por China, la Federación de Rusia, Japón, Kazajstán, Mongolia, la República de Corea y la República Popular Democrática de Corea.
EuroMAB, red de reservas de biosfera de Europa y América del Norte, creada en 1987 y compuesta por 53 países, constituye la mayor red regional del MAB.
La Red Iberoamericana de Reservas de Biosfera (IberoMAB), creada en 1992 y compuesta por 22 países de América Latina y el Caribe, España y Portugal.
La Red del MAB para el Pacífico (PacMAB), establecida en 2006 y compuesta por los Estados Federados de Micronesia, Kiribati, Palau, Papua Nueva Guinea, Samoa y Tonga.
La Red del MAB para Asia Central y Meridional (SACAM), creada en 2002 y compuesta por Afganistán, Bangladesh, Bután, India, Irán, Kazajstán, Maldivas, Nepal, Pakistán y Sri Lanka.
La Red de Reservas de Biosfera de Asia Sudoriental (SeaBRnet), creada en 1998 y compuesta actualmente por Camboya, China, Indonesia, Japón, República Democrática Popular Lao, Malasia, Myanmar, Filipinas, Tailandia y Viet Nam.
La Red del Atlántico Este de Reservas de Biosfera (REDBIOS), creada en 1994 y compuesta actualmente por las Islas Canarias (España), Cabo Verde, Guinea Bissau, Madera y Azores (Portugal), Mauritania, Marruecos, Santo Tomé y Príncipe, y Senegal.
La Red Mundial de Reservas de Biosfera Insulares y Costeras, establecida en 2012 y compuesta por 22 países, tiene por objetivo estudiar, implementar y divulgar estrategias para las regiones insulares, marinas y costeras, con los fines de preservar la biodiversidad y el patrimonio, fomentar el desarrollo sostenible y facilitar la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático.
La estructura intergubernamental de la UNESCO proporciona al MAB un marco para ayudar a los gobiernos de los países en la planificación y ejecución de programas de investigación y formación prestándoles asistencia técnica y asesoramiento científico. Los países participantes crean comités nacionales del MAB que garantizan la mayor participación posible de los países en el programa internacional definiendo y ejecutando sus actividades. Actualmente, el MAB cuenta para actuar con158 comités nacionales establecidos en los 195 Estados Miembros y nueve Miembros Asociados de la UNESCO.
La Red Mundial de Reservas de Biosfera (RMRB) del Programa MAB es una red dinámica e interactiva de sitios de excelencia, que actúa para promover la integración armoniosa de los seres humanos en la naturaleza con miras al desarrollo sostenible por medio del diálogo participativo, el intercambio de conocimientos, la reducción de la pobreza, la mejora del bienestar humano, el respeto de los valores culturales y el desarrollo de las capacidades de las sociedades para hacer frente al cambio mundial. Asimismo, fomenta la cooperación Norte-Sur y Sur-Sur y constituye un instrumento único para la colaboración internacional por medio del intercambio de experiencias y conocimientos especializados, el desarrollo de capacidades y la promoción de prácticas ejemplares.
Las reservas de biosfera son zonas compuestas por ecosistemas terrestres, marinos y costeros. En cada una de ellas se fomentan soluciones para conciliar la conservación de la biodiversidad con su uso sostenible. Las reservas de biosfera, cuyas candidaturas presentan los gobiernos, se encuentran bajo la jurisdicción soberana de los países en que se encuentran. Además, gozan de reconocimiento internacional y constituyen “elementos de apoyo a la ciencia al servicio de la sostenibilidad”, es decir, zonas especialmente designadas con objeto de probar enfoques interdisciplinarios para comprender y gestionar los cambios e interacciones de los sistemas sociales y ecológicos, incluidas la prevención de conflictos y la gestión de la biodiversidad.