La mayoría de los casos de maltrato se producen dentro del negocio de los alquileres, por horas o días en la propia aldea de El Rocío o en otros puntos de Andalucía. Es alarmante cómo la normalización del maltrato a estos animales ha hecho que incluso compañías aseguradoras oferten un servicio especial de recogida de caballos muertos a todo aquel que contrate este servicio.
Los escalofriantes datos de El Rocío: se utilizan más de 20.000 animales entre caballos, burros y bueyes al año. En 2016 fallecieron 13 equinos y más de 200 fueron atendidos por voluntarios.
Muchos de los animales que van a las romerías son alquilados por gente inexperta que obliga a los equinos a llevar más carga de la que pueden soportar y que no les proporcionan los cuidados necesarios básico, tales como agua, comida y descanso. Las altas temperaturas y el sobrepeso que soportan les ocasionan lesiones que van desde úlceras hasta dolor intenso en los cuartos o parálisis irreversible. Las heridas por serreta, un instrumento de hierro dentado que se coloca sobre el hocico de los equinos, o el uso de aperos les produce heridas y rozaduras muy dolorosas. Sumadas a las lesiones físicas el gentío provoca a estos animales un estrés máximo. Caballos, burros y mulos son altamente sensibles y asustadizos.
La mayoría de los casos de maltrato se producen dentro del negocio de los alquileres, por horas o días en la propia aldea de El Rocío o en otros puntos de Andalucía. Es alarmante cómo la normalización del maltrato a estos animales ha hecho que incluso compañías aseguradoras oferten un servicio especial de recogida de caballos muertos a todo aquel que contrate este servicio.
Desde PACMA queremos llevar adelante una Ley General de Bienestar y Protección Animal que prohibirá el uso de animales en estos festejos. Esta Ley prohíbe someter a los animales a cualquier práctica que les produzca sufrimientos o daños físicos o psíquicos evitables y utilizar animales en todo tipo de espectáculos, tradiciones y festejos crueles. Estamos convencidos que avanzamos hacia una sociedad más respetuosa donde la gente puede divertirse igual en una romería sin necesidad de explotar y maltratar animales.
Es ilógico pensar que en pleno siglo XXI los animales no puedan ser perfectamente sustituidos por vehículos a motor para evitarles ese sufrimiento.