Es el resultado de una nueva investigación de la Universidad Queen Mary de Londres (QMUL, por sus siglas en inglés), en Reino Unido, publicada en Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences.
La caza de trofeos y otras actividades que involucran la selección de animales machos de alta calidad podrían llevar a la extinción de ciertas especies frente a condiciones ambientales cambiantes.
Es el resultado de una nueva investigación de la Universidad Queen Mary de Londres (QMUL, por sus siglas en inglés), en Reino Unido, publicada en ‘Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences’.
Los cazadores con propósitos recreativos suelen atacar a los machos con grandes rasgos sexuales secundarios, como cuernos de antílope, cuernos de venado y crines de león. De manera similar, algunos recolectores de insectos pagarán altos precios por especímenes de animales como los ciervos voladores, debido a sus grandes rasgos sexuales secundarios.
Estos individuos bien ornamentados tienden a ser las más evolutivamente aptos, por lo que, si se eliminan, los mejores genes se exterminan de la población. Los investigadores predicen que, en algunas circunstancias, cuando una población de animales se enfrenta a un entorno cambiante, las tasas de recogida de hasta un 5 por ciento de estos machos de alta calidad pueden provocar la extinción.
El autor principal, Rob Knell, de la Facultad de Ciencias Biológicas y Químicas de QMUL, afirma que esta demostración de que la caza de trofeos puede potencialmente empujar a poblaciones resistentes a la extinción cuando cambia el ambiente es «preocupante». «Como estos machos de alta calidad con grandes rasgos sexuales secundarios tienden a engendrar una alta proporción de descendientes, sus ‘genes buenos’ pueden diseminarse rápidamente, por lo que las poblaciones de animales sexualmente seleccionados se pueden adaptar rápidamente a nuevos entornos», explica.
«La eliminación de estos machos revierte este efecto y podría tener consecuencias graves e involuntarias. Descubrimos que la ‘caza selectiva’ tiene poco efecto cuando el ambiente es relativamente constante, pero el cambio ambiental es ahora una realidad peligrosa en todo el mundo para un número considerable de especies», advierte el investigador.
CENTRARSE SÓLO EN LOS MACHOS MAYORES, UNA POSIBLE ESTRATEGIA
La caza de trofeos es una industria importante –una mayor superficie de África subsahariana se emplea para la caza que la que está protegida en parques nacionales– y se cree que tiene poco efecto en las poblaciones explotadas bien administradas porque las tasas de extracción son bajas y generalmente solo los machos son objetivo.
Sin embargo, usando un modelo de simulación por ordenador, los investigadores pudieron predecir el impacto de atacar selectivamente a los machos sobre la base de sus características sexuales secundarias y cómo el ambiente afecta a esto. Además del manejo reactivo cuidadoso de las poblaciones cazadas, sugieren eliminar solo a los machos mayores que ya hayan tenido la oportunidad de reproducirse.
«Nuestros resultados muestran claramente que las restricciones de edad en la caza que permiten que los machos se reproduzcan antes de que sean cazados son eficaces para reducir el impacto de la captura selectiva en la adaptación de las poblaciones –subraya el doctor Knell–. Como la caza de trofeos regulada adecuadamente puede ser una fuerza poderosa para la conservación, es por eso que estamos sugiriendo un enfoque de gestión diferente en lugar de pedir una prohibición».
Los cazadores de trofeos y los recolectores de insectos no son las únicas personas que se centran en los machos por sus adornos sexuales secundarios. Muchas poblaciones de animales capturadas para la alimentación se gestionan solo permitiendo la recogida de machos y en al menos algunos de estos, como ciertas poblaciones de cangrejos, se cogen varones con grandes rasgos sexuales secundarios.
Además, los colmillos de elefante funcionan en parte como rasgos sexuales secundarios y los cazadores furtivos se dirigen específicamente a los elefantes en función del tamaño del colmillo. Esta investigación plantea que estas poblaciones podrían estar en mayor riesgo de lo que se pensaba anteriormente.
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