La actividad de esta flota pesquera, mayoritariamente con base en España, ha sido escasamente documentada, con poco información proveniente de las gestoras de pesca sobre las capturas formales y incidentales. El descarte de redes de pesca en la mar, debido tanto a la pérdida accidental como de abandonos deliberados, es una práctica común.
La detención del barco pesquero “Labiko 2”, figurante en la lista negra internacional del furtivismo, por parte de la Guardia Costera de Liberia y con asistencia de Sea Shepherd nos deja ver de cerca el mundo tenebroso y mayoritariamente no regulado de la industria del aceite de hígado de tiburón. Después de ser expulsados de aguas europeas los dueños y patrones de estas embarcaciones, la mayoría con base en España, han echado el ojo a África Occidental.
A mediados de los 90, la flota mayoritariamente española de aproximadamente 50 barcos pesqueros de tiburones de aguas profundas sembraron el caos en el noreste del Océano Atlántico. Durante más de 10 años, estos barcos cruzaban la plataforma continental junto al Reino Unido con sus redes de enmalle hasta que las poblaciones de tiburones de aguas profundas descendió a un 20% de sus cifras originales. Los científicos que investigan la pesca estiman que la longitud combinada de las redes de pesca de la flota ha llegado a ser entre 5,800 y 8,700 kilómetros de largo, el equivalente de estirar una red desde España a E.E.U.U.
La actividad de esta flota pesquera, mayoritariamente con base en España, ha sido escasamente documentada, con poco información proveniente de las gestoras de pesca sobre las capturas formales y incidentales. El descarte de redes de pesca en la mar, debido tanto a la pérdida accidental como de abandonos deliberados, es una práctica común. Aproximadamente 30 kilómetros de redes fueron perdidas por cada barco durante cada salida pesquera de entre 4 y 8 semanas. Estas redes perdidas – también llamadas redes fantasma – puede seguir matando a cualquier cosa que “atrape” durante muchos años; también equivale a 750 toneladas de contaminación plástica descartada en el mar cada mes.
Tanto la cantidad de aparejos de pesca utilizados y el alto número de material abandonado resulta en un aumentado descenso de la poblaciones de tiburones de aguas profundas.
Como resultado, el Consejo Internacional para la Exploración del Mar ha declarado cero “total de capturas permitidas” (TAC, en inglés) para el caso de tiburones de el noreste atlántico, prohibiendo de hecho la captura de tiburones de aguas profundas. La pesca de estos tiburones, tanto en África Occidental como en la India, ha tenido el mismo efecto desastroso que en el noreste atlántico.
El descubrimiento de unas instalaciones para la producción de aceite de hígado de tiburón a bordo del Labiko 2 en Liberia ha revelado que ahora los saqueadores de tiburones han llegado a África Occidental.
Cuando el Labiko 2 fue abordado por la Guardia Costera de Liberia, con asistencia de Sea Shepherd, rápidamente se descubrió que el barco no estaba usando aparejos de pesca palangreros como tenían permitido por su licencia pero que, en vez de ello, estaban usando redes de enmalle de aguas profundas que estaban prohibidas y de que estas redes estaban siendo utilizadas para capturar tiburones de aguas profundas. Posteriormente se descubrió que el barco, bajo sus anterior nombre de “Maine”, figuraba en la lista negra internacional de tres organizaciones regionales de gestión pesquera. Cuando solicitó su licencia de pesca en Liberia, el Labiko 2 había presentado lo que se conoce dentro del mundo de la gestión pesquera como “una petición caballo de troya”, o sea una petición para llevar a cabo una actividad pesquera diferente a la intencionada, para poder enmascarar el impacto destructivo de sus actividades reales.
“Los dueños y operadores del Labiko 2 han conspirado para saltarse las leyes de Liberia y destrozar el entorno marino de Liberia al mismo tiempo. Lo he dicho antes y lo vuelvo a decir – la República de Liberia no esta abierta a los negocios de los saqueadores” dijo el Honorable Brownie Samukai, ministro de defensa nacional de Liberia.
A bordo del Labiko 2 había una instalación para la producción de aceite de hígado de tiburón. De los documentos que se inspeccionaron a bordo, anteriores salidas pesqueras habían aportado 40, 52 y 60 toneladas métricas de aceite de hígado de tiburón. 40 toneladas métricas de aceite de hígado de tiburón corresponde a aproximadamente 53.000 tiburones muertos. Una salida para pescar del Labiko 2 constaba de entre 15 a 18 días de pesca, lo que significa que el Labiko 2 esta matando a más de 500.000 de tiburones al año.
Las especies de tiburones crecen lentamente, tardan en madurar y conciben un bajo número de crías. Son, por tanto, particularmente vulnerables a la sobre pesca. Como demuestran los inventarios de carga encontrados a bordo del Labiko 2, la industria de producción de aceite de hígado de tiburón, debido al alto número de tiburones muertos, tienen una huella ecológica que puede hacer desaparecer a un caladero en tan solo unos años.
“El Labiko 2 es una catástrofe medioambiental flotante y la Guardia Costera de Liberia, junto a Sea Shepherd, ha salvado a cientos de miles de tiburones debido a la detención de este notorio barco furtivo. Ahora le incumbe a Liberia tomar contundentes medidas legales contra el Labiko 2 para asegurarse de que las poblaciones de tiburones en Liberia no se encuentren con el mismo destino con el que se encontraron los tiburones de aguas profundas de Europa, África oriental e India” comentaba el Director de Campañas de Sea Shepherd, Peter Hammerstedt.