Si quieres ayudar a los elefantes pide que en ningún caso se rebaje su protección total.
Los cazadores furtivos cazan elefantes porque con su marfil ganan mucho dinero. Para detener la matanza, se ha impuesto una prohibición casi total al comercio internacional de marfil.
Si hay respeto a los elefantes no hay comercio de marfil. Pero se está volviendo a propagar otra “lógica”: los amantes de los elefantes pueden cazarlos y vender el marfil y financiar así la conservación de la naturaleza.
Así argumentan quienes quieren permitir de nuevo el comercio de marfil: los turistas de caza están dispuestos a pagar decenas de miles de euros para matar a un elefante. El marfil puede venderse a precios elevados junto con el de animales muertos por causas naturales arruinando el negocio de los cazadores furtivos.
Pero la experiencia nos enseña otra lección muy diferente. Que si se rebaja la prohibición del comercio de marfil, se está amenazando la supervivencia de la especie. Después de que se aprobara la venta de las existencias de marfil en 1999 y 2008, la caza furtiva y el contrabando aumentaron.
Para muchos expertos está claro que este tipo de comercio legal dispara la demanda, nunca mejor dicho. Los criminales salen a cazar y declaran que el marfil obtenido furtivamente es legal.
El escenario de este nuevo ataque a los elefantes será la Conferencia de la Convención de Washington sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que comienza el 17 de agosto en Ginebra.
Botswana, Namibia, Zimbabwe y Zambia quieren que la prohibición del comercio de marfil se relaje o se elimine para sus países.
Al mismo tiempo, los esfuerzos mundiales para cerrar los mercados de marfil y reducir la demanda están dando sus frutos. La mayoría de los países africanos quieren endurecer la prohibición del comercio.
Firma la petición. Muy pronto la entregaremos a las autoridades responsables.