Desde WWF hacemos una llamado a los países amazónicos (Brasil, Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, Guyana y Surinam) para proteger la Amazonía, combatir la deforestación y terminar con las causas de los incendios.
Históricamente, los incendios en la Amazonía han estado ligados a la deforestación por expansión de la actividad agropecuaria y esta ocasión no es la excepción.
Así mismo, nos sumamos a toda la ciudadanía que está expresando su dolor, rabia e indignación por este desastre ambiental a través de este MANIFIESTO DE SOLIDARIDAD CON LA AMAZONÍA.
El bosque tropical más grande del mundo es hábitat del 10% de la biodiversidad del planeta y hogar de más de 34 millones de personas, incluyendo cerca de 500 pueblos indígenas.
Además, los bosques amazónicos juegan un papel crítico en la mitigación del cambio climático, y estos terribles incendios agudizarán la crisis climática global, debido a las emisiones de carbono procedentes de la quema de vegetación y la materia orgánica de los suelos. Por otro lado, las áreas dañadas serán más vulnerables a sequías, inundaciones y a otros efectos del cambio climático.
El impacto inmediato de los incendios se evidencia en la muerte de miles de animales y plantas que habitan estos bosques, entre ellos especies emblemáticas y de gran importancia ecológica como el jaguar (Panthera onca). Sin contar que las quemas ocasionan una pérdida de hábitat que amenaza de forma directa a la supervivencia de las especies.
De igual forma, los graves incendios en el Amazonas conllevan impactos sociales, económicos y de salud:
- La generación y la dispersión de humo compromete la calidad del aire de varias regiones relativamente cercanas a los incendios y aún de ciudades lejanas como Sao Paulo, Brasil.
- Los medios de vida de pequeños productores locales y pueblos indígenas se ven amenazados por el avance de las llamas. Entre los más afectados está la comunidad indígena Chiquitana de Santa Mónica, en Bolivia, que ha perdido aproximadamente 60.000 dólares en ingresos por la madera de sus bosques que manejaban de manera sostenible en el territorio Monte Verde.
Nos sumamos a la preocupación de la sociedad civil y llamamos a los políticos a tomar partido en este problema.
En este sentido, rechazamos contundemente las declaraciones del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien ha atribuido la responsabilidad de los incendios a las ONG, tratando de desviar el foco de atención sobre lo que realmente importa: la conservación de la naturaleza, el bienestar de la gente de la Amazonía y de todo el planeta.
Fuente: WWF