El nuevo texto implica una transformación profunda del modelo de zoo, con un articulado que da herramientas para actuaciones más decididas y profundas sobre la alarmante pérdida de biodiversidad y las consecuencias de la emergencia climática sobre la naturaleza, además de la creación de un nuevo espacio dentro del zoo destinado a un Centro de Rescate y Recuperación de animales silvestres.
La norma es muy específica en relación a las especies que el zoo puede criar. Así, la Ordenanza ofrece prevalencia a la participación del zoo en proyectos de conservación de los hábitats naturales, en colaboración con otros organismos e instituciones, donde la reproducción en cautividad de los animales viene establecida por el proyecto de protección del hábitat concreto, con la reintroducción de los animales en alguna de sus fases.
No obstante, el nacimiento de una cría de jirafa el pasado 10 de febrero, de la subespecie Rothschild, no cumple con ninguno de estos requisitos y no supondrá más que un nuevo individuo que pasará toda su vida en cautividad, probablemente siendo intercambiado en un futuro con otro zoo.
A pesar de que todavía no se ha cumplido el año desde la entrada en vigor de la Ordenanza, para que la aprobación de estos proyectos y las Directrices para la paralización de la cría de especies que no cumplan con los requisitos sea exigible, queremos analizar este caso como paradigma del que el zoo de Barcelona no tendría que hacer a partir del 11 de julio del presente año.
Situación de la jirafa de Rothschild
Señalar que la web del Zoo de Barcelona contiene algunas incorrecciones que conviene aclarar. Esta web afirma que solo sobreviven unos pocos centenares de ejemplares de esta subespecie cuando, según la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), hay una población de 1.399 individuos.
De hecho, la jirafa de Rothschild es una de las 4 subespecies de jirafa (de las 9 existentes), las poblaciones de las cuales se encuentran en crecimiento. Otro error es que la web del zoo sitúa esta subespecie en peligro de extinción, cuando la IUCN la clasifica en casi amenazada.
En en cuanto a la conservación, las jirafas del zoo no han contribuido a ninguna reintroducción de esta especie que se tenga constancia. Nunca ninguna jirafa de Rotshchild (ni de ninguna otra subespecie) nacida en un zoo ha sido liberada en la naturaleza.
Es más, los expertos en jirafas de Rothschild no mencionan la cría en cautividad como una acción de conservación y tampoco se encuentra en la lista de recomendaciones de cría en cautividad de la UICN.
Las causas de amenaza de la jirafa de Rotschild se encuentran muy descritas y no parece que la cría en cautividad pueda ser la solución en ninguno de estas amenazas.
Además, por esta subespecie se han realizado traslocaciones (traslado de individuos desde un determinado lugar geográfico donde habita de forma silvestre a otra área silvestre) exitosas.
Este hecho cuestiona todavía más la cría en cautividad de una subespecie que se encuentra en crecimiento. Para ampliar la información consultar el siguiente documento -> (enlace documento)
Los programas de cría en cautividad de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios
La Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA) dispone de programas para la cría en cautividad de especies en peligro de extinción, los llamados European Endangered Species Programmes (EEP) donde el zoo de Barcelona participa con cerca de un centenar de especies, en particular con la jirafa de Rotschild.
No obstante, estos EEP se limitan a la cría e intercambio de animales entre zoos, sin contemplar ningún programa de reintroducción en la naturaleza, de forma que los animales que forman parte de estos programas EEP mueren en cautividad.
Es una forma económica de tener siempre un “stock” de animales sanos disponible y no tener que capturar de la naturaleza a pesar de que, por ejemplo, el propio código ético del zoo de Barcelona permite, desgraciadamente aún hoy, la captura de animales.
Ni siquiera los EEPs son programas pensados para estimular programas de protección de los hábitats para posibles reintroducciones, pues un individuo reintroducido supone un individuo menos para el EEP. Por lo tanto, ninguna de las jirafas del zoo de Barcelona, todas pertenecientes a EEP, será reintroducida nunca.
Ayuntamiento de Barcelona. Emergencia climática y emergencia de biodiversidad
El argumento que durante decenas de años los zoos han utilizado para tener animales en cautividad, el de disponer de individuos sanos para reintroducirlos en un futuro inconcreto e indeterminado, cuando los problemas causados por los humanos se hayan solucionado, ya no se sostiene.
No solo la mayoría de los problemas causados por los humanos no se han resuelto, sino que todas las predicciones sobre los efectos de la emergencia climática confirman que vayamos a escenarios cada vez más restrictivos en todo el planeta y que tenemos una ventana de 10 años para no ir a los escenarios más malos para la pervivencia de la vida planetaria.
Esto quiere decir que no hay tiempo y que si el zoo de Barcelona, y la EAZA, tienen preocupaciones reales por esta subespecie de jirafa tendrían que estar colaborando de inmediato con los gobiernos locales en programas de conservación y protección de sus hábitats naturales.
Desgraciadamente, el histórico del EAZA demuestra que no está por la labor, pues su único interés es disponer de animales en cautividad para el propio mantenimiento de los zoos anclados en lógicas del siglo XIX y XX.
Así que, por muchas declaraciones institucionales que se hagan desde el Ayuntamiento, el hecho es que el zoo de Barcelona no participa en ningún programa de protección y reintroducción de esta subespecie en la África.
El argumento de que la Fundación Barcelona Zoo está estudiando un proyecto de colaboración con las autoridades del Níger, para la conservación en el propio hábitat natural de la subespecie de jirafa Peralta, es una burda forma de intentar justificar la cría de la subespecie Rothschild en el marco de los programas EEP.
Estaremos atentos en cuanto al posible proyecto de colaboración con las autoridades del Níger, que sería una excelente noticia si se acaba definiendo y seguiría, así, la línea marcada por la nueva ordenanza.
Insistimos pero, que se tratan de dos subespecies de jirafa diferentes y que no se justifica la cría de la subespecie Rothschild en el marco de los programas EEP.
Entre tanto, y a pocos meses de la entrada en vigor del texto articulado, pedimos en el Ayuntamiento de Barcelona que haga cumplir en el zoo la ordenanza y que dejen de criar animales destinados en una vida de confinamiento y cautividad a perpetuidad.