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lunes, marzo 20, 2023

Sevilla, lazos, jaula trampa y vallas ilegales en la finca ‘El Esparragal’ de Gerena

La finca, adquirida en 1967 por el marqués de Oriol y gestionada hoy por sus descendientes, ha denunciado ante la Guardia Civil al senderista que publicó en una red social imágenes de decenas de lazos ilegales.

La Federación Provincial de Ecologistas en Acción de Sevilla ha dirigido denuncias ante la Guardia Civil, la Consejería competente en Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, tras comprobar mediante las imágenes publicadas en Internet por un senderista y conocido naturalista de Gerena (Sevilla), el hallazgo de una jaula trampa y el cerramiento con vallas del lecho y la servidumbre de paso del arroyo de Las Torres, en el mismo término municipal, así como decenas de lazos ilegales colocados en un vallado de un margen del arroyo Pizarroso, a su paso por los terrenos cinegéticos de la finca El Esparragal.

El senderista iba acompañado de dos compañeros naturalistas el pasado 8 de marzo, cuando se vieron obligados a saltar el obstáculo que impedía el paso por la servidumbre pública para continuar la ruta.

La propiedad por su parte, ha denunciado ante la Guardia Civil el allanamiento de una propiedad privada, aunque se demuestra en vídeos que son los vallados los que invaden el cauce público, también por injurias, al tener presuntamente autorización administrativa para colocar la citada jaula y aunque se aprecie en las imágenes la colocación de lazos completamente ilegales y por último, por  desobedecer la orden de confinamiento por Covid-19, confundiendo los denunciantes la  fecha de la excursión, con la de la publicación de las imágenes en periodo de confinamiento.

Se da la circunstancia que en las mismas fechas del pasado año, fue hallado a sólo 2 km. de los lazos y jaula encontrados en la finca, el cadáver de una hembra de lince, evidenciando que la zona actúa, al menos, como corredor ecológico de la especie amenazada.

Es por ello que Ecologistas en Acción pedirá explicaciones a la Junta de Andalucía por la supuesta autorización de jaulas trampa en una zona sensible.

También extenderá la denuncia ante la fiscalía de Medio Ambiente y se le solicitará que investigue la posible relación de la actividad cinegética legal o ilegal con la muerte del ejemplar de lince, en esta y otras fincas cercanas, recabando información sobre la necropsia efectuada en su día y confirmando la compatibilidad con la captura por cepos, lazos o jaulas.

Por último, Ecologistas en Acción quiere solidarizarse con todas aquellas personas verdaderamente amantes del medio natural y respetuosas con la fauna y flora silvestres, que encuentran a menudo caminos, cauces y vías pecuarias cerrados por empresas, a menudo relacionadas con el negocio de la caza.

Desde hace ya demasiadas décadas, la vigilancia y control de las autoridades en estas fincas valladas, de gran extensión o situadas en lugares remotos, resulta absolutamente deficiente o nula, siendo con seguridad esta carencia uno de los principales problemas ambientales a los que se enfrenta la vida silvestre en Andalucía, en particular por la desprotección de todo tipo de depredadores, indispensables para la salud de cualquier ecosistema.

De esta forma, especies antaño comunes en la sierra como el lince, fueron casi aniquiladas. Otras como el lobo ibérico, no han tenido tanta fortuna y entre vallados y cotos de caza mayor, ha resultado recientemente extinguido y arrebatado del patrimonio andaluz, sin testigos y con la complicidad institucional de esta impúdica falta de control.

Políticos afines a la caza, responsables últimos del exterminio de lobos, son los mismos que autorizan el control de jabalíes, con sobrepoblaciones alimentadas artificialmente y reforzadas con animales de granja para el negocio de los cotos. Un juego de trileros en el que crean el problema y se venden como solución exterminando la competencia natural.

Zorros, ginetas, meloncillos, garduñas, tejones, así como muchas especies de reptiles y aves rapaces, están indefensas en territorios desprotegidos y a merced  de la delincuencia ambiental que si no se ve, o no se quiere ver, no existe.

La indefensión es palpable al observar como se ha convertido en norma habitual que alertas telefónicas ciudadanas en las que se reclama la presencia de la autoridad ambiental, tanto en el medio rural como en las ciudades, no sean atendidas en demasiadas ocasiones por falta de medios, poniendo de manifiesto un desequilibrio entre la demanda ciudadana y la respuesta institucional.

Resulta urgente un análisis estadístico de estas necesidades, de la productividad, la eficiencia o las ratios reales humanas y materiales en todos los territorios.

Fuente: Ecologistas En Accion

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