Asimismo, Greenpeace aplaude que se hayan incluido en la lista de testigos de la defensa tres miembros de la tripulación de la flota ballenera japonesa. Uno de ellos fue quien pidió a Greenpeace que investigase y denunciase la corrupción y malversación que existía dentro del programa de caza “científica” de ballenas.
Otro de los testigos del juicio será el catedrático Dirk Voorhoof, de la Universidad de Gante (Bélgica), experto sobre la libertad de expresión y el Convenio Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (ICCPR).
Sin embargo, el tribunal rechazó pruebas claves del catedrático Donald Rothwell, que discrepan sobre la legalidad del programa de caza “científica” de ballenas en Japón. Que este catedrático fuese aceptado en la defensa sería una victoria importante en el juicio de los dos activistas.
“El hecho de que la opinión de Voorhoof, un académico extranjero, haya sido aceptada es muy significativo”- ha declarado Celia Ojeda, responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace. “El tribunal le ha concedido un día entero del juicio para que se presenten pruebas sobre cómo éste podría incurrir en una violación de la libertad de expresión y como Junichi Sato y Toru Suzuki están protegidos por el Convenio Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos (ICCPR)”.
Aunque se ha prolongado mucho, finalmente parece que el tribunal de Tokio ha entendido la importancia de este caso. Greenpeace pide un juicio justo para estos dos activistas y que se reabra la investigación sobre la malversación y escándalo de la venta en el mercado negro de carne de ballena procedente de la caza “científica” de Japón.
Greenpeace