Durante dos horas, los activistas han realizado una acción directa no violenta con la que pretendían liberar atún rojo de una jaula que estaba siendo remolcada, en Malta en aguas internacionales, hacia una jaula de engorde. Los activistas se encontraron con una gran resistencia, incluido el lanzamiento de bengalas desde el buque pesquero y el uso de cañones de agua por la Marina maltesa. La campaña de la organización continuará, así como la presencia de los dos barcos de Greenpeace, el Arctic Sunrise y el Rainbow Warrior.
La jaula contenía atún rojo que había sido capturado en el Mediterráneo hace unos días. Su destino son jaulas de engorde donde serán alimentados durante seis meses en cautividad para, posteriormente, venderlos en el mercado japonés a un alto precio.
«Liberar el atún es la única opción para el futuro del Mediterráneo y de esta especie», ha declarado Celia Ojeda responsable de Oceános de Greenpeace, a bordo del Arctic Sunrise. «El colapso de esta especie es uno de los ejemplos más visibles de cómo ha fallado la gestión de las pesquerías y cómo los gobiernos han conducido a esta especie a la extinción. Greenpeace defiende y continuará defendiendo esta especie en todo el Mediterráneo”.
Greenpeace está defendiendo el atún rojo del colapso. Expertos en pesquerías, científicos y la propia organización ecologista llevan años alertando sobre la desaparición del atún rojo si no se toman medidas urgentes. En la actualidad, los expertos consideran que el 80% de las poblaciones de atún rojo han desaparecido y que la especie está en un punto crítico en el que es necesario actuar para evitar su desaparición (1).
Greenpeace considera que aunque la Comisión Europea ha obligado a la pesquería industrial de cerco a volver a puerto, no es suficiente (2), ya que la pesquería continúa realizándose por otros países y en otras formas, como el engorde de esta especie. El traslado de especies hacia granjas de engorde aumentan el valor comercial de esta especie, lo que incrementa su peligro de extinción (3).
“Mientras esta especie está al borde del colapso y los gobiernos no están tomando medidas para protegerla, es posible encontrarla en los supermercados en España. El Corte Inglés y Eroski continúan vendiendo esta especie, lo que fomenta su extinción, mientras que otros como Carrefour, Alcampo y Mercadona han dado un paso adelante en su protección y dejaron de comercializarla hace unos años. Greenpeace pide el cierre de la pesquería de atún rojo y la creación de un Santuario Balear al sur de las Islas Baleares, principal zona de desove de esta especie”, ha concluido Ojeda.