Estos dos bancos de germoplasma ya mantienen otras colaboraciones, como la que intenta salvar una planta característica de la Cordillera Cantábrica conocida como centaura de Somiedo, según ha explicado hoy Borja Jiménez-Alfaro, miembro del equipo asturiano que hoy ha intervenido en el curso de verano La biodiversidad de Castilla y León: su inventario, gestión y conservación.
En declaraciones a DiCYT, el biólogo ha señalado que este último proyecto se solicitó a la Fundación Biodiversidad y que en él que participan la Universidad de Oviedo, la Universidad de Salamanca a través del Ciale y el Jardín Botánico Atlántico, también a través de la Universidad de Oviedo. Básicamente, se trata de recoger semillas de Centaurium somedanun o centaura de Somiedo, una planta amenazada y endémica en la cordillera cantábrica que está tanto en Castilla y León como en Asturias. «Hicimos este convenio para recolectar, estudiar y conservar las semillas de esta especie emblemática de la Cordillera Cantábrica. Las centauras es un género conocido y de uso medicinal, es una especie muy particular de esta zona, tanto en Babia, en León, como en Somiedo, en Asturias», afirma.
El trabajo de los científicos se basa sobre todo en la exploración de las zonas donde se encuentran las plantas amenazadas. «Necesitamos saber todo lo que podamos sobre las poblaciones que hay, dónde viven, cuál es su ecología, en qué hábitats aparecen. Hay que visitar muchas veces y encontrar el momento óptimo las semillas se recogen, se llevan al banco de semillas en el laboratorio, allí se procesan y se conservan en las condiciones adecuadas para garantizar que puedan durar cientos de años», declara.
La principal labor es recoger semillas, pero los científicos realizan actividades complementarias, como recolectar muestras de hojas para realizar estudios genéticos, es decir, saber exactamente cómo se relaciona lo que se recolecta con la diversidad genética de la especie. En otros casos, si hay plantas que no tienen semilla, se recogen otras muestras vegetales, como esquejes, para su posible reproducción.
Este caso de la centaura de Somiedo ha servido de ejemplo en la conferencia de este experto en el marco del curso de la Universidad de Salamanca. Sin embargo, prepara ya un proyecto más ambicioso, que los dos bancos de germoplasma del noroeste peninsular trabajen juntos.
Para ello, se firmará un convenio «para trabajar juntos y que todo lo que recolectemos esté siempre por duplicado en el otro banco de semillas». Así, «intentamos asegurarnos que todas las plantas amenazadas y endémicas se conserven en los dos sitios, de manera que se eviten problemas de conservación o de cualquier tipo, es tener un seguro», declara.
En toda España hay unos 15 bancos de germoplasma, pero sólo funcionan activamente unos 10, que se reparten por varias comunidades autónomas. En los últimos años, cada comunidad intenta tener su propio banco de semillas, pero, por ejemplo, en Galicia aún no se ha puesto en marcha.