Viveros para la vida

Publicado el: 9 de octubre de 2010 a las 18:17
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Viveros para la vida

Las especies vegetales usadas para cada fin son distintas genéticamente, tienen sus particularidades de manejo por lo que para cultivarlas nos valemos de la horticultura, ciencia global que involucra todo conocimiento indispensable para el crecimiento de especies vegetales utilizadas por el hombre en espacios definidos para ello, los viveros o los invernaderos según sea el caso. Desde la escogencia de la especie; la recolección y selección de semillas; su almacenaje, tratamiento para lograr la mayor tasa de germinación; su siembra, bien en suelo directamente o en recipientes apropiados; riego; fertilización; fumigación y hasta la cosecha en el caso de que se esté trabajando con plantas comestibles o medicinales.

Por otra parte, la planificación de siembra de acuerdo a suelos, épocas del año, regímenes pluviales, altitudes, duración de la luz del día, patrones de vientos y otros en casos de producciones a cielo abierto son variables que influyen directamente en los productos de las cosechas. Siempre hay una mejor práctica cultural para obtener el mayor rendimiento de nuestras cosechas bajo unas condiciones dadas y siempre esta práctica se puede aprender.



Plantas para cuencas
En el caso de producción de plantas para reforestar cuencas, uno de los factores más definitorios a la hora de seleccionar las especies a cultivar es la ocupación espacial que va a tener nuestra producción al sembrarla; esto es, si vamos a reforestar a lo largo de un curso de agua, la zona de transición entre éste y la zona libre de agua, o la zona libre de agua. La sobrevivencia de las especies en este caso dependerá de su tolerancia al menor o mayor grado de humedad. Así pues, el éxito de reforestar integralmente estos espacios dependerá de la composición de las especies que escojamos para reproducir de acuerdo a su tolerancia a la humedad.

Plantas para espacios públicos
Los espacios públicos de una ciudad suelen ser muy diversos, van desde lo agreste y contaminado que podemos encontrar al borde de una gran avenida o autopista donde la presencia de concreto, asfalto, alta contaminación y temperaturas son el lugar común, hasta lo amable que puede ser el área frondosa y sombreada de un parque. A pesar de los extremos de las condiciones que pueden presentar los espacios públicos de una ciudad, lo que sí suelen ser características comunes a la hora de escoger las especies vegetales para cultivar y reforestar son el bajo mantenimiento, la capacidad de coexistir con la infraestructura urbana, la resistencia a la fractura de sus ramas, la resistencia a la contaminación de gases generados por el parque automotor, la resistencia a la contaminación por partículas sólidas en suspensión, la tolerancia al suministro irregular de agua y la ausencia de frutos de gran tamaño que puedan generar efectos no deseados cuando caen o que manchen las superficies.



Filtros verdes
Esta terminología es conocida en materia de saneamiento de aguas contaminadas o de aguas servidas. Los filtros verdes son plantas capaces de depurar las aguas residuales a través de la biodegradación biológica de los compuestos orgánicos disueltos en ellas y la inmovilización de los constituyentes orgánicos de la misma. Se pueden definir como un sistema biológico-físico-químico distinto a la tradicional infraestructura de una planta de tratamiento, pero representado de una forma sencilla, eficaz, sin consumo energético, sin generación de contaminación por lodos y con ausencia de fallas mecánicas o pérdidas de equipos que encarecen la operación de saneamiento.

Las especies vegetales aptas genéticamente para esta labor suelen ser acuáticas o semiacuáticas, cuyo crecimiento debe controlarse y confinarse a los espacios a purificar.

Plantas medicinales y comestibles
Este es un rubro en extremo importante porque además de ser socialmente prioritario, en muchos casos puede representar la diferencia entre sobrevivir o no, o el completo para vivir de muchas personas. Hay medidas internacionales que determinan cómo con mini viveros -espacios muy pequeños pero bien planificados-, se puede mantener la alimentación básica de una familia balanceadamente. Es común en ellos la siembra de granos de alto contenido proteico, tubérculos cargados de carbohidratos y vegetales con contenido de vitaminas y minerales.

Se sabe que los principios activos de las medicinas provienen prácticamente de las plantas, procesándolas químicamente y concentrando sus componentes para obtener distintos medicamentos. Si bien las plantas medicinales no pueden sustituir los medicamentos, constituyen un aporte y previenen trastornos de salud. Un vivero de plantas medicinales es en esencia un espacio que concentra años de sabiduría y cultura de los pueblos con una tradición oral que lo acompaña y se expresa cada vez que una abuelita o madre recomienda usar “pasote para controlar las lombrices” (Principio activo: Ascaridol, antiparasitario) o “anis estrellado para controlar la flatulencia” (Principio activo: Anetol, carminativo) y así sucesivamente. Existen tratados de plantas medicinales con descripción de principios activos, recetas y dosificaciones.

En fin, bien sea que estemos hablando de un vivero con propósitos medicinales, comestibles, utilitarios u ornamentales, nos encontramos frente a un modo de vida, por un lado estamos contribuyendo con la expansión de espacios verdes, y por otro lado ofrecemos a la comunidad cercana la posibilidad de una ayuda inmediata ante la necesidad insatisfecha. Son espacios verdes para mejorar la calidad de vida de todos.

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