La gestión de la gran flota atunera taiwanesa, que opera en el Pacífico, deja mucho que desear y está contribuyendo a al agotamiento de una de las zonas con mayores poblaciones de atunes, causando un grave perjuicio a otras formas de vida marina, como los tiburones y las tortugas.
Pero volviendo a las noticias positivas podemos celebrar que desde el 1 de enero está en vigor una ley que protegerá una extensión de 4,5 millones de km2 de gran biodiversidad en el océano Pacífico, que ha sido cerrada a la pesca con cerco. Esta decisión es fruto de un movimiento histórico en la región y una de las principales campañas de los últimos años de Greenpeace en la zona. Si esta nueva ley es respetada por todas las naciones pesqueras presentes en la zona podría suponer una esperanza real para la lucha contra la sobrepesca en la región y convertirse en un ejemplo de la necesaria gestión sostenible de las pesquerías.
Desde la Campaña de Océanos no podemos ocultar la emoción al ver la llegada a Taiwán del Rainbow Warrior II y su tripulación, a la que pertenecen varias personas con las que hemos compartido alguna que otra navegación en defensa de otros océanos del planeta. Me hubiera gustado poder estar ahí, contemplar la tradicional Danza del león a su llegada a puerto y recordar la primera vez que vi un barco de Greenpeace, que por supuesto fue el Rainbow, cuando estuvo en 2002 en Barcelona. Hoy está un poco lejos, pero me siento parte de la tripulación que navegará por esas aguas para conseguir un futuro mejor para nuestros océanos.
Comienza un viaje por el este de Asia que llevará la campaña hasta Hong Kong y Corea en los próximos meses. Esta será la última misión de nuestra “Old lady” como también le conocemos en Greenpeace. Han pasado ya 52 años desde su construcción y 24 desde empezó a navegar con nosotros para luchar por un mundo mejor, más limpio y más sostenible.
Greenpeace será testigo de la entrada en vigor de esta ley que protege esta amplia extensión oceánica de 4,5 millones de Km2 como zona protegida y nos ayudará también a difundir nuestra campaña y a demandar más medidas que complementen y apoyen esta decisión de conservación.
Taiwán, al igual que otras naciones pesqueras como la española, necesita reducir su flota para que sea posible una gestión sostenible de los océanos; el cese del uso de los dispositivos de agregación de peces (FAD por sus siglas en inglés), usados por la flota cerquera. El cierre a este tipo de arte pesquera debe ir acompañado también del cese a la actividad con grandes palangreros, con lo que lograríamos que estas áreas se convirtieran en Reservas Marinas en el Pacífico Central y Este.
Esperemos que este buen comienzo de año oceánico suponga un año 2011 lleno de futuro para todos los océanos del planeta.
Paloma Colmenarejo Fernández
Campaña de Océanos