Su flor es normalmente blanca, aunque también puede ser rosada o amarillenta, y tiene cinco pétalos. Esta planta clorofílica se utiliza con asiduidad en la elaboración de geles y jabones por su propiedad espumante.
Este ejemplar, perteneciente a la especie de las cariofiláceas, es oriundo de la Europa meridional, Asia occidental y América del Norte, aunque también se desarrolla en Sudamérica.
Suele desarrollarse en forma silvestre en los bordes de caminos y en zonas húmedas cercanas a los bosques. Requiere de un suelo ligeramente arenoso y con la suficiente profundidad, el cual es necesario abonar cada dos semanas con extracto de algas durante el periodo de floración.
Para cultivarla se necesitará añadir también al sustrato un fertilizante orgánico durante el otoño. El sustrato debe estar siempre fresco, por lo que requiere ser regada de forma habitual. Convendrá palpar la tierra con asiduidad para comprobar que mantiene la humedad.
Una vez haya acabado la floración, es un ejemplar perenne que florece durante el periodo estival, se recomienda una poda que ayude a regenerar la planta.
Respecto a sus necesidades de riego, se ha de dosificar el agua a lo largo de la semana, con riegos escasos pero frecuentes, evitando encharcarla. Asimismo lo más indicado es que reciba directamente la luz del sol.
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