En un comunicado, la Consejería de Medio Ambiente ha señalado al colectivo ecologista que la temporada de caza lleva abierta solo nueve días para la caza menor y dos días para la caza mayor, por lo que «parece precipitado tomar una decisión de suspensión de la temporada, pues aun no se puede evaluar si realmente está ocasionando un problema en el campo». Si en un tiempo considerable no han cambiado las condiciones meteorológicas y la segunda quincena de noviembre llegase sin lluvias, «estaríamos en una situación crítica, entonces sí seria planteable la propuesta, se evaluaría, y se consensuaría con el sector».
Los cotos de caza, sobre todo de mayor, tienen todos los sistemas de prevención de incendios, según la Consejería, que así señala que en condiciones normales, «no tiene por qué existir ese riesgo, pues los cazadores son los primeros interesados en prevención de incendios forestales». El sector cinegético, de cualquier modo, «está regulado y controlado por múltiples normativas, así como por los planes técnicos de caza, que reflejan la realidad cinegética de un coto y el grado de presión cinegética del mismo».
«Si alguien tiene especial interés en preservar la actividad cinegética y las especies son los propietarios de fincas y los cazadores en general. En caso contrario no habría piezas para cobrar en la próxima temporada y, por consiguiente, no habría actividad económica», recuerda el departamento de José Juan Trillo.
ECOticias.com – ep
