primera parte
La idea del zoológico propiamente dicho aparece a principios del siglo XIX, cuando algunas ciudades europeas comienzan a exhibir animales exóticos. Londres, París, Viena y Dublín son las iniciadoras de esta moda. Desde entonces la proliferación de zoos ha sido vertiginosa, sobre todo en los años 50 y 60, cuando los municipios por busca de prestigio y los hombres de negocios en busca de beneficios, comenzaron a invertir dinero en este tipo de instalaciones.
Los antiguos egipcios allá por el año 2.990 a. J.C., también coleccionaban animales raros. Aunque este tipo de actividad puede considerarse simples tenencia de seres de otras especies, no deja de parecerse a un zoológico, ya que antílopes, avestruces, cabras salvajes, jirafas, leopardos y primates entre otros, figuraban entre los seres que quedaban cautivos en recintos cerrados parecidos a los existentes de hoy en día.
En 1770, se constituye, por orden de Carlos III, la Casa de Fieras de Madrid situada en el Retiro. En 1858, en los terrenos del Jardín Botánico, se instala un Laboratorio Zoológico. En 1894, abre sus puertas el zoológica de Barcelona, el más antiguo que persiste en la actualidad en España.
Pero si estos espectáculos atraían la atención de los ciudadanos y el negocio en torno a capturas de especies para zoológicos y coleccionistas de estos centros aumentaba; otro más fue añadido a principios del siglo XX: las exposiciones de seres humanos que se pusieron de moda en los zoológicos de Europa y EE.UU. Pigmeos, inuits e indios eran enjaulados y expuestos al público cómo sí de alimañas se tratara. “De 3 h. A 4 h. Comida de los esquimales. A las 11´30 h. y a las 5 h. Comida de los perros. Banda de música. Entrada 1 peseta”. Este anuncio aparecía en los periódicos españoles en marzo de 1900.
50 inuits (mal llamados esquimales) llegaban a Madrid de la mano de un empresario ávido de hacer fortuna. Fueron a vivir en los madrileños jardines del Buen Retiro, se les obligaba a permanecer con sus ropas típicas del ártico y sus pieles, a pesar de las altas temperaturas que se alcanzaban durante el verano. Este espectáculo fue un gran éxito y muy visitado. Los inuits vinieron engañados con promesas que no fueron cumplidas y pronto murieron por infecciones o contagios a enfermedades que jamás habían conocido. Sólo nueve inuit sobrevivieron.
En 1887, una “exposición” llegó a España procedente de Filipinas. 45 nativos de diferentes provincias de aquél país fueron instalados como si de un museo viviente se tratara, en los jardines de Recreo de el Retiro madrileño, concretamente en el Palacio de Velásquez y el de Cristal. El conocido lago del parque, se construyó precisamente para la ocasión y por él navegaban canoas tripuladas por nativos malayos.
Los Parques Zoológicos se incrementaron. La caza de especies en sus habitas naturales se intensificaron con graves daños a los ecosistemas y la captura de animales exóticas envolvió un negocio de proporciones inesperadas que aún continúa en nuestros días.
La situación en la actualidad es deprimente. Existen muchos zoológicos que no cumplen con las mínimas leyes de protección de los animales que existen en España, violando la Ley de Zoológicos impuesta por la Unión Europea. La Comisión de los Estados miembros han emprendido ya acciones legales contra España por no haberla aplicado correctamente y seguirá supervisando su cumplimiento. Esto solo, demuestra el estado de abandono en que se encuentran los zoológicos en España. El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, una policía especializada en perseguir infracciones y delitos medioambientales, realizan constantes informes que son entregados a las Autoridades competentes de las Comunidades Autonómicas y que muchas veces quedan olvidados en cajones, al ser éstas últimas las encargadas de tomar acciones legales contra los infractores.
Numerosas denuncias de ecologistas y Asociaciones, no son contestadas a pesar de que la Administración por Ley tiene que contestar y muchas veces se tiene que recurrir al Defensor del Pueblo o a denunciarlo veinte veces hasta que alguien haga caso.
Tampoco existe un control por parte del Estado sobre los que hacen con los animales en el intercambio constante de un zoológico a otro, rompiendo en el caso de los grandes simios, los lazos familiares.
Respeto y dignidad para “ellos”
La Carta de la Tierra, un documento ahogado en el olvido, pero firmado por numerosas naciones en junio del año 2000 en la Haya (incluida España), alberga 16 principios éticos fundamentales reunidos en cuatro capítulos. En el último de ellos denominado “Democracia. No violencia y Paz”, punto 15 nos dice: “Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración”. Esta frase es profundamente importante. Tratar a los animales con dignidad y respeto. ¿Dónde está esa firma y ese compromiso? ¿A qué esperan? Por desgracia se está cometiendo uno de los mayores engaños a la humanidad y de forma abierta, sin esconderse, sin tapujos, sin ruborizarse.
Ningún primate, ningún ser vivo es justificable hoy en día de ser utilizados en la experimentación médica invasiva a costa de su dolor. La propia Directiva EU 86/609/EC, en su artículo 7.2 dice: “La experimentación animal no debe llevarse a cabo si existe algún otro método científico razonable, satisfactorio y disponible de obtener al máximo resultado, sin que intervenga el uso animal”. Y existen muchas alternativas como la realizada en tubos de ensayo (in vitro), estudios clínicos y epidemiológicos, tecnología computacional moderna, cultivos en células y tejidos (sanguíneas, tejidos humanos, células de la placenta, etc.), experimentos con microorganismos. Todos ellos más seguros, más rápidos, más económicos. Pero claro, hay muchos intereses económicos por medio y los investigadores (que ya no son científicos pues hay a millones y como cualquier colectivo amplio, hay de todo) optan por la comodidad y muchas veces por la complicidad económica, sin reparar que utilizan seres que sienten como ellos. Estos “investigadores” muchas veces actúan por no querer emplear las técnicas modernas, por estar sujetos a patrones anclados en el pasado y ser humanos sin sensibilidad.
Los grandes simios: asignatura pendiente del gobierno.
Tras ser aprobado por el Congreso, el Gobierno dice NO a una Ley de Grandes Simios que les hubiera protegido de la esclavitud, la experimentación médica, la tortura, su utilización en espectáculos públicos y la extinción. De esta forma da carpetazo a un sentir popular que es apoyado por numerosas universidades, científicos y grupos sociales en nuestro país y del ámbito internacional. El Gobierno niega a los Grandes Simios el mismo grado de protección que tienen los animales domésticos.
El 28 de junio de 2008, la Comisión de Medio Ambiente del Congreso de los Diputados, debatió una Proposición No de Ley (PNL) presentada por Izquierda Unida y los Verdes de Cataluña, en la que se pedía de una forma convincente, que el Gobierno apoyara al Proyecto Gran Simio (PGS) y elaborara una ley de protección de estos homínidos no humanos en la que se prohibiera expresamente la experimentación o investigación de grandes simios cuando ella pudiera producir daños psicológicos o físicos a los mismos, el establecimiento de unas condiciones muy rigurosas para su tenencia y custodia y siempre con propósitos de conservación, la prohibición de su tenencia con fines comerciales o cualquier otro tipo de espectáculos y el establecimiento de un tipo penal, agravado para el caso de comercio, tenencia ilegal o maltrato de simios. Por otro lado, en la misma PNL se pedía impulsar el desarrollo de los compromisos adquiridos por España con la firma de la Declaración de Kinshasa para la protección de las poblaciones de grandes simios en su hábitat. Otro punto era que España impulsara y emprendiera las acciones necesarias en los foros y organismos internacionales que procedan, para la protección de los grandes simios del maltrato, la esclavitud, la tortura, la muerte y la extinción.
Tras un intenso debate entre los diputados que formaban la Comisión del Congreso, fue aprobada la PNL, en todos sus puntos. Los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales, informaron ampliamente sobre los Derechos de los Grandes Simios, viendo como España se colocaba en el primer parlamento nacional del mundo que apoyaba públicamente al PGS, a pesar de los intentos de ciertos sectores por ridiculizar la propuesta e intentar llevarla al debate político, acusando al gobierno de preocuparse por temas tan ínfimos existiendo tantos problemas en la sociedad.
Internacionalmente, esta medida aprobada fue objeto de halago hacia los españoles, por dar un gran paso en la dignidad de la defensa de los animales. A España se la conocía como un país anclado en el pasado, tradicionalista, divirtiéndose sus ciudadanos matando toros en las corridas o maltratando a los animales en fiestas populares.
Ya en 2006, cuando Pedro Pozas Terrados, Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio, presentó en el Congreso el Proyecto en defensa de los grandes simios, se originó un debate nacional, dirigido principalmente por sectores del partido de la oposición y columnistas que con toda desfachatez, calumniaban y mentían sobre el PGS y quienes formábamos la directiva del mismo. Directores de periódicos irresponsables, pidieron que en los artículos de opinión se ridiculizara al gobierno por apoyar a los simios. Fue un argumento fácil aprovechado por el partido de la oposición y la cúpula de la iglesia. A pesar de ello, meses después, al comprender el error de que el PGS no era inventado por políticos como hicieron entender, que no había salido de ningún partido ni estaba pagado por nadie, que su labor era muy loable, los medios de comunicación simpatizantes con el partido de la oposición, fueron cambiando de tono. Las agencias Internacionales desde el primer momento, apoyaron al PGS en su labor y divulgaron su trabajo y las capacidades cognitivas de los grandes simios. A raíz de todo ello, se culturizó a la sociedad española y en especial a los medios políticos y de información, sobre unos seres que hasta el momento los habían visto en el zoológico o en películas de tarzán y que ahora estaban más cercanos, con una cultura y capacidades cognitivas importantes, que eran homínidos y científicamente miembros de nuestra propia familia. También comprobaron la cantidad de científicos, Universidades, escritores tanto nacionales como internacionales, que apoyan al PGS desde el primer momento.
A pesar de todo ello, la PNL que reconocía a los grandes simios su derecho de ser protegidos y de tener una Ley propia, aprobada por el Congreso en el 2008, defendida por Amuedo Moral, portavoz del PSOE en la Comisión de Medio Ambiente y en el que pedían al Gobierno los puntos que al principio expongo, ha quedado en el olvido, encerrada en los cajones de la Moncloa, olvidada como están siendo olvidadas las selvas tropicales que son destruidas por multinacionales sin escrúpulos bajo el consentimiento de políticos irresponsables. Dos años han pasado ya y el Gobierno no quiere saber nada de la PNL, no quieren mencionarlo por temor posiblemente al ridículo.
Sin embargo, la PNL ha sido aprobada por una Comisión del Congreso que representa a los ciudadanos, ha sido debatida en la casa del pueblo que es de todos.¿Cómo se atreve el Gobierno a ser irresponsable y no acatar el sentimiento de los ciudadanos? Sin duda tienen que cambiar muchas cosas en nuestro actual sistema político, porque ignorar una petición del pueblo es sin duda ignorar la democracia, una tomadura de pelo de forma abierta y prepotente. Se han olvidado completamente que son ciudadanos de España, que tienen una responsabilidad porque el pueblo se la ha dado, pero no por ello tiene que tomar decisiones propias contrarias al Congreso. Si el Congreso dice una cosa al Gobierno, este debe de cumplirla sin rechistar, le guste o no, porque los diputados han sido elegidos democráticamente.
No entiendo como se gasto tanta fuerza y energía en defender al PGS en la Comisión del Medio Ambiente del Congreso por parte del PSOE, a sabiendas que una vez aprobada, la guardarían en el cajón oculto de la ignorancia, en el trastero de la Moncloa. Es un engaño y una mentira que deben de responder por ello. No cuesta nada proteger un poco más a los grandes simios sabiendo el apoyo científico existente y que no llevaría ningún costo añadido. Está en proceso el cambio del Código Penal y no habría costado nada el incluir algunos artículos de protección a los grandes simios o bien realizar un Proyecto Ley con las decisiones aprobadas en la PNL.
Pero parece ser que el poder ciega, te hace ser insensible a las peticiones del pueblo, te hacer volver al feudalismo donde el Señor tenia el poder de todo sin dar explicaciones, olvidándose de donde se procede y quien les ha votado. ¿Cómo vamos a creerlos cuando debaten algo en el Congreso si después hacen lo que les da la gana, pasando por encima de instituciones, organizaciones y ciudadanos, riéndose en la cara de quien ha puesto todas sus esperanzas en las decisiones de los “representantes” del pueblo?. Sinceramente, este caso es una vergüenza que quedará marcada en los políticos (independientemente del signo que sea). Las sociedades del futuro, si logramos superar el cambio climático producido por la ineptitud de nuestros dirigentes, se echaran las manos en la cabeza al ver el sistema político implantado para beneficio propio y el de los partidos.
A partir de ahora, cada gran simio que muera en España por malos tratos, por malas condiciones, el sufrimiento de más del 82% de grandes simios que se encuentran en zoológicos en situaciones extremas, del maltrato psicológico y físico que muchos de ellos padecen; además de los responsables directos, caerán en la conciencia (si es que la tienen) del Gobierno que premeditadamente ha abandonado la PNL aprobada por el Congreso sobre la protección a los grandes simios, una PNL defendida por el PSOE. ¿No hubieran quedado mejor votando no? El defenderla y después no cumplirla, es un juego traicionero que el Gobierno sin duda parece ha querido jugar contra los ciudadanos y los grandes simios. Confundir a la opinión pública defendiendo una cosa y haciendo otra, es una práctica común de los políticos.
Es muy preocupante que el Gobierno vete los derechos de los grandes simios, pasando por encima del Congreso y haciendo caso omiso a las recomendaciones de sus técnicos del Ministerio de Medio Ambiente que en un informe interno dice: “Parece adecuado establecer una protección rigurosa de las condiciones de vida de los simios que se encuentran en nuestro país”. A final termina que “Por todas las razones se considera emitir informe positivo para la toma en consideración de la Proposición No de Ley por la que el Congreso de los Diputados insta al Gobierno a declarar su adhesión al Proyecto Gran Simios”.
Maltratar un perro o animal doméstico es delito según nuestro Código Penal. Sin embargo hacerlo con un chimpancé, un gorila, un elefante o un delfín, no es delito. Existe un agravio comparativo de proporciones masivamente injustas, además de un grave error que la propia justicia debería remediar. La protección que damos a nuestras mascotas es justa, pero tiene que ser extensible a los grandes simios que están mucho más cercanos a nosotros en la clasificación biológica y pertenecen como nosotros a la familia de los homínidos.
Sólo se está pidiendo el mismo grado de protección que a los animales domésticos. Deseo que los grandes simios, los homínidos no humanos, nuestros compañeros evolutivos de los que compartimos el mismo ancestro común, sean protegidos en nuestro país del comercio y el negocio, de la esclavitud y de la experimentación. Que sean tratados en consideración y que rompamos con ello la barrera de nuestra especie. Que luchemos por su hábitat natural, por la conservación de sus poblaciones en libertad. Haciéndolo, estaremos ayudándonos a nosotros mismos, luchando contra un cambio climático que hemos impuesto a sabiendas que la Tierra no soportará la presión de nuestra capacidad de matar y destruir en un segundo, lo que ha costado cientos de años en crecer y vivir. Ellos, los homínidos no humanos merecen no ser torturados y vivir. Merecen que puedan continuar con su camino evolutivo, con su destino en la historia del Universo, en su mundo, en su hábitat.
Situación en España de los grandes simios
En España, todos los grandes simios que se encuentran en zoológicos, están en malas condiciones, según la política y objetivos del Proyecto Gran Simio. Estar en un lugar cerrado a la exposición del público, va contrario a los principios de esta organización, en el momento que se ha reconocido a los grandes simios pertenecer a nuestra propia familia, es decir, son considerados científicamente como homínidos no humanos. Ante ello, se deberían establecer una serie de medidas encaminadas a su protección y respeto.
Los centros de primates privados se encuentran saturados en España, ya que no existe ningún centro gestionado por el Estado como lo hay en algunos países de la Unión Europea y Estados Unidos.
Por otro lado pueden existir aún circos con chimpancés que procedan del extranjero o bien en domicilios particulares, que se encuentren sin ninguna garantía de protección. El Proyecto Gran Simio ha rescatado casi todos los chimpancés existentes en circos y llevados a Centros de primates privados en España.
En cuanto a algunos zoológicos, hay chimpancés que están en un lamentable estado, en jaulas pequeñas o urnas de cristal sin posibilidad de poder tocar la tierra o tener el más mínimo entretenimiento. Los grandes simios son tratados como meros animales de comercio y los dueños de los zoológicos desean que tengan bebes para que atraigan al público por su parecido con nuestra especie. También existen intercambios de individuos de un zoológico a otro por conveniencia, rompiendo lazos familiares (prohibido hacerlo por los científicos que estudiaron el genoma del chimpancé), o se quitan del medio aquellos individuos que son molestos, cediéndolos a otros centros con sospecha de una transacción económica en cubierto. También si un macho es un semental, es frecuente que los trasladen a otros zoológicos para hacer bebes a las hembras y así decir que están realizando un Proyecto de Conservación de la Especie.
Los grandes simios en general, no pueden ser reintroducidos a su medio natural, ya que necesitan un aprendizaje desde que nacen y muchos de ellos llevan toda la vida o parte de ella encerrados y en la selva no sabrían desenvolverse bien, a no ser que se soltaran en lugares solitarios de otros grupos de su misma especie para no originar peleas fronterizas. Por lo que es un engaño el decir que se reproducen en cautividad para preservare la especie. La única forma de preservar una especie y sobre todo los grandes simios, es la protección de su hábitat, que aún estamos a tiempo y declarar a todas las selvas tropicales Patrimonio de la Humanidad, no permitiendo el comercio a ningún país de madera tropical.
Ante la falta de una Ley de animales a nivel nacional en la actualidad, el maltrato a chimpancés, grandes simios o cualquier otro animal de los llamados salvajes, no es delito. Se puede hacer sin infringir ninguna normativa. Sin embargo, el maltrato de animales domésticos, SI que está recogido en el Código Penal, por lo que existe evidentemente un agravio comparativo que se agrava aún más, con los grandes simios por estar dentro de nuestra familia y ser los más cercanos a nosotros.
Necesidades
Se hace imprescindible de una forma urgente la creación de un Santuario (un centro de grandes simios amplio) en España que esté gestionado íntegramente por el Estado, donde puedan ubicarse todos los grandes simios (chimpancés, gorilas y orangutanes) y sean llevados allí, incluso los que estén en los centros privados, ya que casi en su totalidad de los que se encuentran en estos centros, son incautados por el Estado y es el Estado quien tiene que responsabilizarse de sus cuidados y tenerlos en centros propios.
Igualmente y según ya ha sido aprobado por el Congreso de los Diputados (Comisión de Medio Ambiente) el 25 de junio del 2008, es necesaria una Ley de grandes simios en España y que hoy en día el gobierno la tiene arrinconada y olvidada. Con esta Ley se prohibiría la experimentación con los grandes simios (no esta regulada en España), el maltrato, su muerte, el utilizarlos en espectáculos públicos o en anuncios y películas, el que estén en malas condiciones en los zoológicos y centros privados, su comercio, el romper lazos familiares establecidos y un largo etcétera que sin duda cambiaría la vida de los grandes simios en España para mejor, respetando sus derechos.
Vida de los grandes simios cautivos (chimpancés, gorilas y orangutanes).
Cómo ya se ha comentado, todos los grandes simios deberían salir de los zoológicos y ubicarlos en Centros del Estado.
La actual situación de la mayoría de los grandes simios, es caótica. Viven en jaulas, muchos de ellos sin entretenimiento ambiental, otros con piso de cemento o en jaulas de cristal, sin posibilidad de poder huir ante la chiquillería y molestias de los visitantes al zoológico. Muchos tienen alteraciones psicológicas graves debido a la cautividad, la soledad, el aburrimiento…Ya se sabe por los estudios científicos de la necesidad de estos grandes simios de vivir en sociedad, de sus capacidades cognitivas muy altas muchas de ellas cercanas a las nuestras. El tenerlos en zoológicos, en espacios reducidos, en pozos donde el público no hace mas que molestarlos sin tener privacidad o golpes en los cristales, hacen que los problemas psicológicos sean profundos e incluso lleguen a una violencia excesiva que no hubieran tenido estando en libertad.
La práctica habitual de los dueños de los zoológicos, es tratarlos como meros objetos de valor económico solamente, haciendo que los intercambios entre estos centros, muchas veces tenga como única finalidad la de procrear y otras porque en el grupo existan conflictos; sin importar que se rompan lazos familiares o de amistad importantes para su equilibrio emocional.
Su vida es amarga y solo nos deberíamos poner en su lugar, para saber que sus condiciones de vida no son las debidas a unas especies cercanas a las nuestra y que científicamente esta probado, que sienten, sufren, sueñan, tienen necesidades de relaciones amistosas, de tocarse, abrazarse…como lo hacemos nosotros mismos.
Jordi Sabater Pi, el gran primatólogo español, descubridor de copito de nieve y que era miembro del Proyecto Gran Simio (hace varios años que fallecido), dejo claro ante los medios de información y por escrito, que llegará un día en que la sociedad se avergonzará de lo que se hicieron a los grandes simios encerrándolos en zoológicos, como ahora la nuestra se avergüenza hoy de cómo se trataron a los esclavos y que la lucha del Proyecto Gran Simio es equiparable en todos los sentidos a la lucha que mantuvieron los antiesclavistas en las generaciones pasadas.
En este mismo sentido, no olvidemos que en el Retiro de Madrid, por la época de 1897, siglo XIX, relativamente hace poco tiempo, existieron zoos humanos, donde se traían a familias indígenas y eran expuestas como hoy están expuestos los grandes simios en zoológicos. Incluso estuvo expuesto una familia de Inuit, que aún siendo verano con calor intenso, les hacían estar abrigados con pieles como si estuvieran en el Polo Norte, muriendo la mayoría de ellos por enfermedades que no conocían y por su esclavitud. Este acto, es una vergüenza histórica, la misma que comentarán dentro de unas décadas por el trato dado a los últimos sobrevivientes de nuestra familia hominidae, homínidos no humanos, que no fuimos capaces de protegerles.
PEDRO POZAS TERRADOS ( NEMO )