Pese a la petición formal efectuada por Ecologistas en Acción para salvar a los árboles del polideportivo de La estacada en Fraga, y a las numerosas quejas de los ciudadanos que se oponían a semejante acción, el Ayuntamiento siguió adelante en sus planes y taló innecesariamente un total de 50 árboles del polideportivo.
El pasado día 16 de octubre, justo el día en que Ecologistas en Acción hacía pública la nota de prensa en la que daba cuenta de las gestiones efectuadas unas semanas antes para intentar salvar los árboles de La Estacada, la empresa encargada de las obras en el polideportivo procedía a cortar, además de unos cipreses, la totalidad de los pinos presentes en el recinto.
Pese a los intentos de justificación del Ayuntamiento de Fraga, que contestó indirectamente a las críticas recibidas con sus propias notas de prensa, estaba claro que era innecesaria la tala de los árboles, en especial los que estaban situados en el perímetro del polideportivo. Así mismo los árboles situados a lo largo de la entrada podían haberse integrado perfectamente en el proyecto si hubiera habido un poco de buena voluntad para conservarlos, al igual que los árboles que también han sido talados en las obras de la Avda. de Madrid en Fraga.
La pretensión, aludida por el Ayuntamiento, de los puestos de trabajo generados en las obras o la supuesta dinamización de la economía local por el futuro polideportivo, tampoco pueden tomarse como razones válidas. Es difícil gastar un millón cien mil euros, el presupuesto de la obra, sin generar puestos de trabajo, y la conservación de la arboleda del complejo deportivo nada tenía que ver con los puestos de trabajo sino más bien con la manera de hacer las cosas y la sensibilidad ambiental y social que se tenga.
Ecologistas en Acción considera que lo sucedido en las obras del polideportivo es un reflejo más de la filosofía socioeconómica imperante que, además de no reflexionar sobre las verdaderas necesidades de la sociedad, prima el despilfarro de recursos y materiales. Se prefieren las remodelaciones totales a las reparaciones. Y se gastan cifras considerables de dinero público en obras que, en el grave contexto de crisis social en el que nos encontramos, no son en absoluto prioritarias y que, tras la imagen de normalidad y progreso que dan, ocultan graves problemas que afectan a los ciudadanos y a la sociedad en su conjunto, problemas que parecen no existir para unos gobernantes que solo atienden a lo superfluo y a la apariencia.