Una expedición internacional ha explorado por primera vez la vida en el océano profundo. Esta misión, que se ha desarrollado en el Pacífico a 1.500 kilómetros al norte de Nueva Zelanda, ha determinado que a unos 7.000 metros de profundidad abundan brótulas y crustáceos.
Para este trabajo, el equipo utilizó un módulo de aterrizaje no tripulado y equipado con cámaras para filmar a las criaturas de aguas profundas. En términos generales, los expertos han indicado que la ecología en esta región del océano es muy diferente a otras regiones también profundas que también se están estudiando.
«Estamos empezando a descubrir que lo que sucede en una zanja no representa necesariamente lo que sucede en todas las trincheras», ha explicado a la BBC uno de los autores, Alan Jamieson. Este experto ha indicado que «hay más de 30 fosas oceánicas de todo el mundo» y que «en su mayoría está en el océano Pacífico».
Todo este trabajo se ha podido elaborar gracias a las imágenes capturadas por el equipo durante el viaje de 30 días. Las cámaras han captado durante la misión brótulas que llegaban hasta el metro de largo, que se acercaron a masticar el cebo que se había unido al módulo de aterrizaje.
Estos peces se mezclan con gambas grandes y brillantes de color rojo. Además, se han descubierto varias especies de anguilas y miles de crustáceos pequeños, algunos de los cuales fueron recogidos y llevados de vuelta a la superficie.
«Lo más sorprendente ha sido la falta total y absoluta de uno de los peces de aguas profundas más común, que esperábamos ver: los granaderos, una parte muy visible de la comunidad de aguas profundas», ha destacado Jamieson, que también ha señalado la ausencia de peces ‘caracol’, también habituales en las fosas oceánicas.
Acerca de esta diferencias, los investigadores creen que están impulsadas por los nutrientes existentes en las diferentes regiones del mar por encima de las trincheras. «Si nos fijamos en esta nueva zanja, está bajo aguas poco productivas. Las brótulas, por ejemplo, son especialistas en ambientes muy bajos en alimentos, mientras que los granaderos requieren una mayor fuente», ha explicado el experto.
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