Una joven británica de 23 años con problemas mentales ha sido condenada a 14 semanas de cárcel por matar a su gato tras meterlo dentro de un microondas y ponerlo en marcha.
Laura Cunliffe introdujo a su gato de 4 meses en el microondas después de que este atacase a sus peces. El juez John Foster ha considerado que es un «acto de crueldad absolutamente horrendo».
Según ha podido saber el tribunal, Cunliffe metió al animal en un microondas para castigarlo por haber intentado atacar a sus peces. Aproximadamente un minuto después de ponerlo en marcha, cuando se dio cuenta de qué estaba haciendo, lo apagó.
El gato falleció poco después de que la condenada lo sacase del microondas. Cunliffe sufre problemas de depresión psicótica y varios asistentes al juicio proclamaron que no era consciente de lo que hacía.
Un miembro de su familia gritó desde la galería pública que Cunliffe «no sabía lo que estaba pasando; no tenía ni una pista». Otro, según recoge la BBC, considera que este caso es «un fallo de los servicios médicos».
El juez, sin embargo, considera a la joven de 23 años culpable de un acto de «horrible crueldad» con un animal que «había llegado para confiar y depender de ella».
Además de una condena a 14 meses de cárcel, Cunliffe no podrá volver a tener en su vida animales y no podrá solicitar la revisión de esta prohibición durante 5 años.
ep