El análisis, publicado en la revista Nature Geoscience, es la mejor evidencia hasta ahora de que la contaminación del aire puede afectar a los recursos hídricos a través de «oscurecimiento solar.
La contaminación del aire por aerosoles ha tenido el llamativo efecto de aumentar el caudal de los ríos en el hemisferio norte. Al bloquear el sol, estos contaminantes desaceleraron la evaporación, dejando más agua en el suelo para llenar las cuencas fluviales.
El análisis, , es la mejor evidencia hasta ahora de que la contaminación del aire puede afectar a los recursos hídricos a través de «oscurecimiento solar. Una consecuencia irónica de los esfuerzos para limpiar la atmósfera es que las mismas medidas podrían causar ríos pierdan caudal y reduzcan la disponibilidad de agua dulce, dicen los autores.
El equipo descubrió el efecto al trabajar con datos meteorológicos del siglo XX de gran parte de América del Norte, Europa y partes de Asia, donde partículas de materiales como los sulfatos procedentes de plantas de energía, fábricas y agricultura obstruyen el aire. Para 1970, en Europa la cantidad de luz solar que llega al suelo se había reducido en más de un 0,5% en comparación con el comienzo del siglo XX, según algunas estimaciones. «Muchos han olvidado lo mal que estaba la situación entonces», dice Nicola Gedney, un hidrólogo en la Oficina Meteorológica del Reino Unido en Wallingford y autor principal del estudio.
Para determinar si los aerosoles estaban causando que más agua acabse en los ríos en lugar de evaporarse a la atmósfera, el equipo consideró varios factores que afectan el caudal del río. Estos incluyen el cambio climático de la Tierra; la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, que afecta a la rapidez en que las plantas liberan su humedad; y el cambio de la vegetación debido al desarrollo.
Posteriormente, el equipo volcó los datos históricos en un modelo informático global que calcula el flujo a través de las principales cuencas fluviales, y comparó los resultados con mediciones históricas del caudal del río.
Sus resultados mostraron que debajo de los cambios naturales de año a año en el caudal del río, la presencia de aerosoles aumentó constantemente el caudal en las cuencas de toda Europa y América del Norte. En algunos de los principales ríos europeos como el Danubio, el Elba y el Oder, el caudal se incrementó del 11 a 25 por ciento solo como resultado de los aerosoles.
Cuando Europa, en la década de 1990, mejoró notablemente la calidad del aire, la contribución de los aerosoles cayó en más de un tercio, según calculó el equipo. Como se sigue limpiando el aire desde entonces, la cantidad de agua dulce disponible en las cuencas fluviales podría caer aún más, dicen los investigadores.
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