El último trámite llevado a cabo por el Servicio Territorial de Industria ha sido la consulta a las partes antes de emitirse la propuesta de otorgamiento del permiso de investigación. Se inició un día después de que entrara en vigor la nueva ley de prevención ambiental de Castilla y León
La tramitación de un permiso de investigación para recursos mineros en el Valle de Tobalina es una nueva agresión que se pretende llevar a cabo en esta zona; ya afectada por la central nuclear de Garoña o por permisos de investigación de hidrocarburos mediante fracking, por citar alguna de las amenazas medioambientales y para la salud más significativas.
El último trámite llevado a cabo por el Servicio Territorial de Industria ha sido la consulta a las partes antes de emitirse la propuesta de otorgamiento del permiso de investigación. Se inició un día después de que entrara en vigor la nueva ley de prevención ambiental de Castilla y León, que anula las disposiciones recogidas en las normas reguladoras de los parques naturales. En este caso, la referida a los Montes Obarenes obligaba a la evaluación de impacto ambiental para este tipo de proyectos. Sin embargo ahora, no será necesario.
La cantera afectaría, en caso de llevarse a cabo, a los términos municipales de Pangusión, Barcina del Barco, Garoña y Cuezva. El PGOU de Valle de Tobalina en cumplimiento del Plan de Emergencia Nuclear Exterior a la centra Nuclear de Garoña (PENBU) delimita la zona afectada por el permiso de investigación como “suelo rústico con una densidad limitada”, por encontrarse en la zona de máximo riesgo (a menos de 3 km. del reactor). Esto significa que el PGOU prohíbe la creación de nuevas actividades, para evitar accidentes y riesgos derivados de la cercanía a la central.
Además, parte del permiso se encuentra dentro del Parque Natural Montes Obarenes y de los LIC y ZEPAs del mismo nombre y protegida por RedNatura2000. La cantera, situada a los pies del pico Humión, cambiaría el paisaje para siempre. Al espacio protegido no le afectaría solo la propia actividad de la cantera, sino que también se verá dañado por el aumento del tráfico rodado en la zona o los daños que podrían sufrir los acuíferos de la zona.
Este proyecto, como viene siendo la tónica general, se realiza sin atender a las verdaderas demandas sociales de la población afectada y sin tener en cuenta las graves afecciones al medio ambiente y a la salud que este tipo de proyectos suponen. El progreso, una vez más, supone una apuesta por el deterioro ambiental, esquilmar los recursos y subordinar la salud a los intereses económicos. Entendemos que la cantera solicitada es totalmente prescindible. Poniendo en contraposición los beneficios empresariales a los daños a la salud y al medio ambiente que se puedan derivar de su puesta en marcha, tenemos claro que, más aun tratándose de una zona protegida, el permiso no debería otorgarse.