Durante la reciente temporada de berrea, varios cazadores han sido sancionados por cometer infracciones graves en distintas provincias españolas, según informaron agentes medioambientales y autoridades autonómicas.
La berrea, que tiene lugar entre finales de septiembre y octubre, es el periodo de celo del ciervo rojo, cuando los machos emiten potentes bramidos para atraer a las hembras y marcar su territorio. Esta época, de gran valor natural y turístico, convierte a los animales en más vulnerables, ya que su comportamiento se vuelve predecible y disminuye su capacidad de alerta.
Los cazadores con sanciones no respetan ni la berrea
Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Veguellina de Órbigo (León) han detectado varias infracciones graves en materia de caza durante la temporada de berrea, una época en la que los ciervos se vuelven más vulnerables al exponerse en espacios abiertos.
En un operativo realizado en un coto de caza de la comarca de La Valduerna, los agentes interceptaron un vehículo que circulaba lentamente por el monte.
En su interior viajaban dos cazadores residentes en Extremadura que portaban armas de caza y dos monoculares térmicos, dispositivos prohibidos para la actividad cinegética en Castilla y León.
En otra actuación en el término municipal de Truchas, los agentes escucharon disparos y observaron movimientos sospechosos de vehículos todoterreno. Tras interceptar uno de ellos, localizaron en el maletero un arma de caza y una cabeza de ciervo macho sin el precinto reglamentario. El cuerpo del animal, ya despiezado, fue hallado en las inmediaciones.
Además, durante una verificación rutinaria, se identificó a una persona con antecedentes por infracciones similares. En el registro de su vehículo se encontraron partes de dos ciervos (cuartos traseros, paletillas y lomos) sin documentación que acreditara su legal procedencia.
Todos los hechos han sido puestos en conocimiento del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, al considerarse presuntas infracciones graves según la Ley 4/2021, de Caza y Gestión Sostenible de los Recursos Cinegéticos.
Las sanciones pueden oscilar entre los 2.000 y los 10.000 euros, además de la retirada de la licencia de caza por un periodo de uno a tres años. También se contempla una indemnización de 5.000 euros por ejemplar de ciervo macho a favor del titular del aprovechamiento cinegético.
Las organizaciones ecologistas y los agentes forestales recuerdan que la berrea es un momento clave para la biodiversidad, y que la observación de ciervos en libertad se ha convertido en una actividad ecoturística en auge, que genera ingresos sostenibles en muchas zonas rurales.
Por ello, reclaman mayor vigilancia, sanciones ejemplares y educación ambiental para prevenir el furtivismo y garantizar una convivencia equilibrada entre la actividad cinegética y la conservación de la fauna.
Desde las administraciones autonómicas se insiste en que la caza responsable y regulada es compatible con la protección del medio natural, siempre que se respeten los periodos, las distancias y las normas establecidas. Sin embargo, alertan de que la caza ilegal durante la berrea constituye una amenaza directa para una de las manifestaciones más espectaculares de la naturaleza ibérica. EFE / ECOticias.com