La Unión Internacional de la Conservación para la Naturaleza, conocida como UICN, afirma que ‘la supervivencia de muchas especies es posible gracias a los zoológicos y los acuarios, porque de ellos depende la conservación de la biodiversidad para poder contrarrestar la extinción de especies en 2030‘. Yoyo ha propiciado el último ‘desencuentro‘, entre los que están a favor del actual modelo de ‘Zoo’ del siglo pasado y una mayoría que tal como están pensados hoy en día los ‘cerraría’ sin contemplaciones.
No obstante, diga lo que se diga ECOticias.com ‘El Periodico Verde’ está en contra de este tipo de recintos y de las condiciones de la fauna que en ellos se encuentran, lo que es una realidad incuestionable es que los zoológicos no cubren ni de lejos las necesidades naturales que precisan los animales como ‘Yoyo’, para vivir dignamente, opinamos que hay que ‘repensar’ la función de los ‘Zoos’ y explorar con todas las partes implicadas otras alternativas, alternativas del siglo XXI.
Por ejemplo, a las aves les cortan las alas porque no pueden volar dentro de los zoos; los animales acuáticos a menudo carecen de agua suficiente, y aquellos que, en estado salvaje, viven en grandes manadas están hacinados en espacios del todo insuficientes que nada se parecen a la imagen que conservamos en nuestra mente de las manadas de gacelas o cebras corriendo por la sabana africana.
La caza natural y el cortejo del apareamiento son prácticas que han sido erradicadas de sus vidas. Los animales están muy limitados, no hacen el ejercicio físico que necesitan, ni recorren cientos de millas, ni exploran y juegan, ni tampoco tienen privacidad, y mentalmente están muy poco estimulados.
En los zoológicos, la falta de espacio y de incentivos, vivir en cautividad de hecho, suele desembocar en un comportamiento por parte del animal, conocido como zoocósis. Caminar hacia delante y hacia atrás o dar pequeños círculos, balancearse o autolesionarse, son algunos de esos comportamientos sintomáticos, angustiosos y estresantes, señala PETA (People for the Ethical Treatment of Animals).
ECOticias.com está en contra de este tipo de ‘cárceles – espectáculo’ y de las penosas condiciones de conservación de los animales
El centro, que la acogió en 2009, asegura que con su muerte «pierde a uno de sus integrantes más queridos«. El zoo ofrece atención especial a Susi y Bully, las otras dos elefantas que convivían con Yoyo.
La elefanta africana Yoyo, la más longeva de su especie del mundo en las ‘cárceles – espectáculo’ en las que se han convertido los ‘Zoos’, los elefantes pueden vivir hasta 70 años en estado salvaje, por tanto 54 años es una cifra ‘engañosa’, ha fallecido en el zoo de Barcelona a una edad aproximada de 54 años, muy por encima de la esperanza de vida de estos animales cuando están al cuidado de humanos, que es de 39.
El centro ha informado que, con este fallecimiento, el centro pierde «uno de sus integrantes más queridos», al que acogió en 2009 fruto del programa internacional en el que participa de la mano del Gobierno central para la preservación de especies.
La salud de la elefanta Yoyo había empeorado en las últimas semanas debido a problemas vinculados a su edad por lo que estaba siendo tratada por el equipo veterinario y los técnicos del centro, según han indicado desde el zoo.
Tras la muerte, el equipo técnico del Zoo y personal del Servicio de Diagnóstico de Patología Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona han aplicado el correspondiente protocolo, por el que se compartirá toda la información del caso con el programa de conservación de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA), del que forma parte el centro barcelonés.
Una ‘cárcel – espectáculo’ de la que el ‘Ayuntamiento de Barcelona’ esta muy satisfecho
Esta emblemática elefanta llegó al zoo tras una intervención de la Generalitat de Cataluña en 2009 en las instalaciones del antiguo complejo Rioleón Safari, al que llegó procedente de un circo, cuya actividad le provocó lesiones físicas y psíquicas que demandaron un trato especializado por parte del personal del centro. Con los años, cuenta el zoo, las lesiones de la elefanta mejoraron y su actitud, también.
Las instalaciones de este zoo acogen animales decomisados por las administraciones, tanto si proceden del comercio ilegal como de otras situaciones sobrevenidas, como fue el caso de la Yoyo.
Los técnicos del centro ofrecen ahora atención especial a Susi y Bully, las otras dos elefantas que convivían con Yoyo. Las tres habían formado un grupo cohesionado de elefantes y su convivencia era muy buena, según han explicado en un comunicado.
La primera teniente de alcalde de Barcelona y presidenta de la entidad que gestiona el centro, Laia Bonet, ha lamentado la muerte de Yoyo y ha destacado el papel del complejo barcelonés «como referente internacional para el cuidado y el bienestar de los elefantes de edad avanzada, así como para la conservación de esta especie tan amenazada».
El director del Zoo de Barcelona, Antoni Alarcon, por su parte, ha indicado que en el centro siempre recordarán a Yoyo como «una elefanta entrañable, con un carácter propio, que siempre ha sido muy querida por los visitantes y por nosotros«.
Las palabras de Laia Bonet y Antoni Alarcon son francamente ‘ofensivas‘ para el movimiento ciudadano y animalista que solo contempla una opción, el cierre de estas ‘cárceles – espectáculo’ del siglo pasado.
Especialmente desde 2016 se han planteado varias propuestas referentes al futuro del Zoo de Barcelona que son dispares y abarcan desde su cierre definitivo, albergar especies autóctonas como ciervos o jabalíes en vez de elefantes y chimpancés, recurrir a la realidad virtual para que los asistentes puedan ver a los animales sin necesidad de que estos se exhiban o, simplemente, apostar por una controvertida y poco popular, continuidad.


















