La Ley de Restauración de la Naturaleza, una de las iniciativas ambientales más ambiciosas impulsadas por la Unión Europea, avanza con un notable retraso que está dejando a varios países, entre ellos España, en una posición rezagada.
Esta norma de restauración de la naturaleza tiene como objetivo restaurar ecosistemas degradados, recuperar la biodiversidad y reforzar la resiliencia frente al cambio climático, en un contexto de creciente pérdida de hábitats y especies a escala continental.
El retraso en la aplicación de la ley de restauración responde a múltiples factores. Por un lado, la complejidad técnica y administrativa de definir planes de restauración claros, medibles y financiados adecuadamente. Por otro, las resistencias políticas y sectoriales, especialmente desde determinados intereses agrícolas, industriales y de infraestructuras, que perciben la restauración ecológica como una amenaza a corto plazo para su actividad económica.
Ley de Restauración de la Naturaleza evidencia un avance desigual en la UE
Una nueva evaluación de la coalición europea #RestoreNature, que incluye a la alianza española de organizaciones por la restauración ecológica, entre las que se encuentra Ecologistas en Acción, confirma que la aplicación de la Ley de Restauración de la Naturaleza (LRN) ya ha comenzado en la mayoría de los Estados miembros, marcando un primer paso clave para recuperar los ecosistemas degradados de Europa.
La Ley de Restauración de la Naturaleza, una de las iniciativas ambientales más ambiciosas impulsadas por la Unión Europea, avanza con un notable retraso que está dejando a varios países, entre ellos España, en una posición rezagada.
Sin embargo, los avances de los Planes Nacionales de Restauración siguen siendo insuficientes, y España se encuentra en una fase todavía incipiente para cumplir con los objetivos vinculantes de la ley.
A nivel europeo, el proceso muestra un inicio generalizado pero desigual. La mayoría de los Estados miembros ha comenzado a preparar sus planes, se han dado los primeros pasos técnicos y se reconoce la importancia de la ley, pero en la práctica muchos planes carecen todavía de ambición real, participación efectiva y respaldo político suficiente.
La conversión de los planes en acciones concretas sobre el terreno todavía está muy lejos de materializarse, y la UE como conjunto sigue rezagada respecto a los objetivos de restauración para 2030.
España inicia su plan con lagunas técnicas y escasa ambición
En España se han identificado lagunas de conocimiento y se está mejorando el acceso a los datos ambientales, además de desarrollarse valores de referencia nacionales con la participación de instituciones científicas. Se han asignado recursos adicionales para apoyar la preparación del PNR y algunas medidas de restauración existentes se están adaptando y ampliando para contribuir a los objetivos de 2030.
No obstante, la participación científica sigue siendo limitada y el avance en la redacción del plan es escaso, generando dudas sobre la capacidad de presentar un PNR ambicioso y completo antes del plazo de septiembre de 2026.
La conversión de los planes en acciones concretas sobre el terreno todavía está muy lejos de materializarse, y la UE como conjunto sigue rezagada respecto a los objetivos de restauración para 2030.
El enfoque general sigue siendo fragmentado y carece de una visión estratégica clara. La participación de actores sociales y ambientales se ha limitado a debates generales, mientras que el liderazgo político es débil en un contexto de alta descentralización y polarización, dificultando la coordinación entre administraciones y la toma de decisiones eficaces.
La falta de impulso político y de capacidad administrativa sitúa a España en una fase todavía insuficiente para aprovechar plenamente el potencial de esta ley y garantizar resultados tangibles sobre el terreno.
Retos urgentes para cumplir los objetivos ambientales de 2030
Para que España cumpla con la LRN es imprescindible reforzar el compromiso político y situar la restauración como una prioridad nacional estratégica, más allá de un mero cumplimiento normativo.
Es necesario abrir y formalizar la participación científica y social mediante consultas inclusivas y procesos transparentes, acelerar la redacción y coordinación del plan y garantizar que esté respaldado por evaluaciones ambientales y de impacto completas, que aseguren transparencia, rendición de cuentas y una planificación basada en evidencia científica.
Además, resulta urgente escalar y acelerar las medidas de restauración ya existentes, priorizando aquellas áreas que aporten mayores beneficios ecológicos, climáticos y socioeconómicos, y reforzar la comunicación y sensibilización social sobre la importancia de la restauración de ecosistemas y sus beneficios tangibles, como la protección frente a inundaciones, la prevención de incendios y la creación de empleo local.
Ecologistas señalan que España debe pasar de la retórica a la acción, ya que la Ley de Restauración de la Naturaleza representa una oportunidad histórica para frenar la degradación de los ecosistemas.
Restaurar ecosistemas es clave contra incendios, inundaciones y pérdida de biodiversidad
Para que el Plan Nacional de Restauración sea efectivo, necesita ser ambicioso, inclusivo y contar con respaldo político real, y no limitarse a un mero ejercicio burocrático. Sin un liderazgo decidido, una participación amplia y recursos suficientes, el país corre el riesgo de no aprovechar esta oportunidad para recuperar la biodiversidad y garantizar ecosistemas resilientes frente a la crisis climática.
Quedar rezagados en la aplicación de la Ley de Restauración de la Naturaleza no solo implica riesgos ambientales, sino también pérdidas de oportunidades. La restauración de ecosistemas puede generar empleo rural, mejorar la calidad del agua y del aire, y reducir los impactos de fenómenos extremos como inundaciones y sequías.
Además, el incumplimiento de los plazos europeos podría acarrear sanciones y debilitar el liderazgo ambiental de España. Acelerar la implementación de esta ley exige voluntad política, inversión sostenida y una participación activa de la sociedad. Restaurar la naturaleza no es un lujo, sino una necesidad urgente para garantizar un futuro sostenible. Seguir leyendo en ECOticias.com



















