La sobrepesca extrema ha modificado el ADN del bacalao del Báltico Oriental, la especie entra en colapso

Publicado el: 26 de junio de 2025 a las 10:14
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La sobrepesca es una perturbación impulsada por el hombre que genera una importante presión evolutiva sobre las poblaciones marinas. La pesca suele ser muy selectiva para rasgos particulares y provoca cambios fenotípicos marcados, mientras que la base evolutiva de dicho cambio de rasgos sigue sin resolverse.

Los científicos utilizaron una serie temporal única del bacalao del Báltico oriental sobreexplotado (Gadus morhua) para investigar las tendencias de crecimiento durante 25 años de pesca intensa junto con los cambios genéticos hipotéticos a nivel de genoma completo.



Un análisis de crecimiento demostró una disminución del 48% en la longitud corporal asintótica de 1996 a 2019, mientras que un análisis de asociación de todo el genoma reveló loci atípicos y genes candidatos vinculados al rendimiento del crecimiento. Los loci contribuyentes mostraron señales de selección direccional con alta autocovarianza del cambio de frecuencia de alelos y superposición significativa con regiones de alta diferenciación genética.

Estos hallazgos sugieren que existe una base genómica del deterioro del crecimiento impulsado por la pesca y subrayan las implicaciones para la política de conservación con respecto al potencial adaptativo de las poblaciones marinas.



Los ‘problemas’ genéticos del bacalao

El bacalao del Báltico solía ser un gigante marino: podía superar el metro de longitud y los 40 kilos de peso. Hoy, un ejemplar adulto cabe sin problemas en un plato, y desde 2019 su pesca está prohibida debido al colapso de la población. Esta semana, un nuevo estudio revela que esta drástica reducción no solo es numérica y de tamaño, sino también genética.

Investigadores del Centro Helmholtz GEOMAR para la Investigación Oceánica de Kiel (Alemania) han demostrado que décadas de sobrepesca han dejado huella en el ADN del bacalao del Báltico oriental. Según los resultados, publicados en la revista Science Advances, la presión pesquera ha alterado el genoma de esta especie marina, favoreciendo a los individuos que crecen lentamente y alcanzan antes la madurez reproductiva.

«El bacalao está evolucionando como respuesta a la explotación humana«, afirma la bióloga Kwi Young Han, primera autora del estudio. «Hemos observado una disminución significativa del tamaño medio, relacionada con tasas de crecimiento más bajas, e identificado variantes genéticas que han cambiado sistemáticamente en frecuencia».

El equipo analizó el ADN de 152 otolitos —estructuras calcificadas en el oído de los peces que registran el crecimiento anual, como los anillos de los árboles— recogidos entre 1996 y 2019 en la Cuenca de Bornholm, el último gran área de desove de esta población. La combinación de análisis químicos y secuenciación genética de alta resolución permitió reconstruir la evolución genética del bacalao en un contexto de fuerte presión pesquera.

Sobreviven los más pequeños y rápidos

Uno de los hallazgos más relevantes es que las variantes genéticas relacionadas con un crecimiento rápido prácticamente han desaparecido. «Cuando se eliminan sistemáticamente los ejemplares más grandes, sobreviven aquellos que maduran antes y a menor tamaño», explica Thorsten Reusch, director de Ecología Marina en GEOMAR y coautor del estudio. «Esto es evolución en tiempo real, impulsada por la actividad humana».

Este proceso tiene consecuencias a largo plazo. La pérdida de diversidad genética limita la capacidad de adaptación futura del bacalao ante cambios ambientales. Además, las poblaciones más pequeñas y menos diversas tienden a recuperarse más lentamente, o incluso a no hacerlo.

«La recuperación evolutiva puede llevar muchas generaciones, si es que ocurre», advierte Reusch. «Los datos más recientes indican que, pese a la prohibición de pesca, no hay señales de que la población se esté recuperando».

El estudio lanza un mensaje claro: las políticas de gestión pesquera deben considerar los efectos a largo plazo y no limitarse a criterios económicos. «Conservar los recursos pesqueros significa también conservar su diversidad genética», concluye Han. ECOticias.com