Tradicionalmente, el seguimiento de aves marinas se basaba en técnicas como el anillamiento o la observación directa, métodos útiles pero limitados en cuanto a precisión y alcance temporal. En la actualidad, la incorporación de dispositivos electrónicos miniaturizados, como GPS de alta resolución, acelerómetros, sensores de altitud y transmisores satelitales, permite obtener datos detallados en tiempo real.
Estos equipos registran rutas migratorias, zonas de alimentación, ritmos de vuelo y hasta indicadores fisiológicos, ofreciendo una visión integral del comportamiento de las aves tanto en tierra como en mar abierto. En este sentido, la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) participa activamente en un innovador estudio internacional centrado en el desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías para la monitorización de aves marinas.
Monitorizando el día a día de las aves marinas
La Universidad de Castilla-La Mancha, a través del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, participa en un estudio internacional en el que se destaca el papel de las nuevas tecnologías en la monitorización de aves marinas. El estudio ha sido seleccionado como “elección del Editor” y publicado en la revista ICES Journal of Marine Science, y subraya tanto las oportunidades que ofrecen estas herramientas como los retos que plantean, muchos de ellos extrapolables a la monitorización de otros grupos de fauna.
Las aves marinas son consideradas indicadores clave de la salud de los ecosistemas oceánicos, por lo que el seguimiento de sus poblaciones es una obligación recogida en distintas normativas nacionales e internacionales.
Hasta ahora, este trabajo se ha basado sobre todo en observaciones directas de abundancia y éxito reproductivo realizadas por profesionales y voluntarios, y aunque es valioso este enfoque presenta limitaciones porque algunas especies son difíciles de detectar porque anidan en madrigueras o en lugares remotos, y la repetibilidad de las observaciones puede ser baja. Los avances tecnológicos, subraya el estudio del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC–CSIC, UCLM, JCCM), abren nuevas posibilidades para superar estos obstáculos.
Herramientas como drones y cámaras automáticas permiten ampliar la cobertura espacial y obtener series temporales más largas; los registradores acústicos y las imágenes térmicas facilitan el estudio de especies crípticas; y la telemetría posibilita el seguimiento de individuos a lo largo de distintas fases de su vida. Combinadas, estas técnicas ofrecen una visión más completa sobre la abundancia, la reproducción y la supervivencia de las aves marinas.
El estudio recalca, no obstante, que la aplicación de estas tecnologías requiere planificación cuidadosa y estrategias a largo plazo que aseguren la calidad de los datos. Recomienda, además, emplear únicamente tecnologías ya maduras y siempre en compatibilidad con los métodos tradicionales, de modo que los resultados sean comparables y fiables.
Uno de los principales desafíos identificados es la gestión del enorme volumen de datos que generan estas herramientas, para cuyo uso eficaz hay que disponer de algoritmos de procesamiento «robustos» y capacidad de almacenamiento adecuada. En este punto, los investigadores destacan la importancia de implicar a los técnicos de campo, cuya experiencia es esencial tanto para mantener la recogida de datos como para calibrar las nuevas metodologías.
Los autores también advierten de la necesidad de que estas tecnologías se pongan al servicio de la comprensión de amenazas globales que afectan a las aves marinas, como el cambio climático o la expansión de enfermedades emergentes, entre ellas la gripe aviar. En su opinión, contar con información precisa y continuada sobre los procesos demográficos y de supervivencia de estas especies será clave para diseñar políticas de conservación eficaces en un escenario global cada vez más incierto.
Bien implementadas, las nuevas tecnologías no solo transformarán la forma en que se monitorizan las aves marinas, sino que también permitirán avanzar hacia un conocimiento más profundo y aplicable a la conservación de la biodiversidad marina en su conjunto.
Este estudio no solo tiene relevancia académica, sino también implicaciones directas para la conservación. Los resultados permitirán identificar áreas críticas de protección, predecir cómo afectará el cambio climático a las rutas migratorias y diseñar estrategias más eficaces de gestión pesquera y marina. EFE / ECOticias.com