Las pautas proporcionadas por los monitores que pilotan esta iniciativa bajo la coordinación de la Xunta de Galicia, no se circunscriben únicamente a la separación de desechos en origen y correcto depósito de los mismos en los contenedores habilitados en las vías públicas (amarillo, azul, iglú verde, pilas y verde convencional)
Desde agosto de 2014, cerca de 45.000 personas han participado personalmente en la tercera edición de la campaña autonómica “Separemos ben, reciclaremos mellor”, una iniciativa educativa promovida por la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, junto con Sogama, y cuyo objetivo es formar a la población en las buenas prácticas vinculadas a la gestión sostenible de los residuos urbanos, contando para ello con el apoyo de Ecoembes, Ecovidrio y los sistemas integrados de gestión de pilas (Ecopilas, Ecolec y ERP).
DIFUSIÓN SECTORIAL
Con tal fin, la campaña se sirve de distintos soportes e instrumentos de divulgación. Es el caso de un aula móvil que circula de forma itinerante por distintos concellos de Galicia, asistiendo a fiestas, ferias y mercados, o simplemente emplazándose en lugares estratégicos de los municipios a fin de que los vecinos se acerquen a la misma y puedan recibir explicaciones sobre los gestos y comportamientos a adoptar para participar activamente en el sistema de recogida selectiva instaurado en nuestra comunidad.
Las pautas proporcionadas por los monitores que pilotan esta iniciativa bajo la coordinación de la Xunta de Galicia, no se circunscriben únicamente a la separación de desechos en origen y correcto depósito de los mismos en los contenedores habilitados en las vías públicas (amarillo, azul, iglú verde, pilas y verde convencional), sino que atañen a etapas anteriores, enseñando a la ciudadanía a reducir la generación mediante la instauración de hábitos de consumo responsable (adquisición de productos con menos envases y envoltorios, prestando especial atención a las fechas de caducidad y consumo preferente en el caso de los perecederos y evitando el consumo masivo de bolsas plásticas de un solo uso).
También se presta atención al máximo aprovechamiento de los artículos antes de convertirlos en desperdicios, evitando la actual tendencia de usar y tirar. El objetivo no es otro que avanzar hacia la denominada economía circular, entendida como aquélla en la que los residuos son concebidos como recursos de utilidad, dando una nueva vida a los materiales que los conforman. Por tanto, la pretensión última es proceder a su máxima valorización y evitar el vertido de los mismos, la opción menos deseable en el marco de la gestión jerarquizada que promulga Europa.
Cerca de 9.000 fueron los vecinos que se acercaron al aula móvil para recibir información de primera mano, sometiéndose en muchos casos, y de forma voluntaria, a encuestas de conocimientos y satisfacción con el modelo de gestión imperante en Galicia y abanderado por Sogama, entidad que da servicio a un total de 295 municipios gallegos, sumando más de 2.200.000 habitantes.
En el ámbito académico el esfuerzo ha sido, si cabe, todavía mayor, atendiendo a un total de más de 28.000 escolares pertenecientes a 283 centros de primaria y secundaria emplazados en distintos puntos geográficos de Galicia. Presentaciones en power point, vídeos, multimedia y juegos, constituyen, entre otras, algunas de las actividades que los educadores vinieron desarrollando en los colegios para informar y formar a los alumnos, conscientes del importante papel dinamizador que estos desempeñan en la protección del medio ambiente.
Los integrantes de asociaciones también fueron destinatarios de la campaña, que en muchos casos, y en el marco de esta iniciativa, visitaron el complejo medioambiental de Sogama, conscientes de la importancia de ver y comprobar por sí mismos el tratamiento final que reciben los desperdicios tras ser depositados en los contenedores adecuados y transportados posteriormente a las instalaciones que la empresa pública tiene en Cerceda (A Coruña), desde donde son remitidos a la industria recicladora o bien transformados en energía eléctrica, en el caso de la fracción no reciclable. Así, la compañía consigue poner en valor aquella parte de la basura que, dadas sus características, no se puede reutilizar ni reciclar.