En la actualidad la economía, y la vasca en particular, es intensiva en recursos procedentes del exterior. La generación de residuos supone una cifra que llega al 7 % del consumo total de toneladas de materias primas.
“La economía circular será esencial para mejorar la eficiencia de recursos en Europa”, subraya en esta entrevista Iñaki Susaeta, coordinador del Área de Residuos de Ihobe, la sociedad pública de gestión ambiental del gobierno vasco, y en esa línea apuesta por promover la eficiencia material de los productos para asegurar su durabilidad y que su reciclado sea más fácil, de cara a integrarlos de nuevo en el ciclo productivo. Susaeta fue uno de los ponentes en Green Circular Day, el pasado 27 de octubre, y allí se planteaba un modelo económico de consumo sostenible. “Es importante avanzar hacia una desmaterialización del consumo, hacia un sistema de producción de bienes que duren más, más que en producir más bienes”, explica. Por ello considera que lo esencial en materia de gestión de residuos es la prevención y apostar por el ecodiseño, “que mejora la reparabilidad y durabilidad de los productos, aumentando la reciclabilidad de materiales”.
¿Qué es necesario para que los residuos sean gestionados de forma sostenible?
El gran reto que tenemos en materia de gestión de residuos es el de la prevención. Sabemos, sin embargo, que el reto de reducción efectiva (generación de residuos/PIB) de un 10 % nos va a costar sangre, sudor y lágrimas, pero desde Euskadi apostamos por ello con iniciativas como por ejemplo El Basque Ecodesign Center, que promociona el ecodiseño. El ecodiseño puede reducir el uso de los recursos de las siguientes maneras: mejorando la reparabilidad y durabilidad de los productos; aumentando la reciclabilidad de materiales, minimizando el uso de substancias peligrosas y aumentando la eficiencia energética de los procesos de producción o de la fase de uso de productos y servicios.
¿Cómo se puede integrar al sector productivo para que los residuos sean gestionados más eficientemente?
En la actualidad la economía, y la vasca en particular, es intensiva en recursos procedentes del exterior. La generación de residuos supone una cifra que llega al 7 % del consumo total de toneladas de materias primas.
Como contrapartida, la productividad, por ejemplo en nuestra comunidad autónoma ha mejorado en sólo en diez años, pasando de generar 1,5 a 2,9 euros por cada kilogramo de material utilizado, lo que demuestra que nuestra industria es cada vez más ecoeficiente.
Son varios los pasos que estamos dando de cara a promover que se reincorporen al ciclo productivo materiales secundarios derivados de residuos. Me gustaría destacar por ejemplo todo el trabajo relativo a los residuos de construcción y demolición (RCD), los esfuerzos por parte de la administración por promover el uso de esos materiales (experiencias del Puerto de Bermeo) y la financiación de proyectos de demostración que promuevan nuevas vías de valorización o utilización de materiales y productos secundarios.
¿Qué peso tiene la recogida selectiva en esa gestión de los residuos?
La recogida selectiva es la clave para poder obtener posteriormente materiales que sean valorizables y que puedan ser devueltos con la suficiente calidad al ciclo productivo. Entendemos que tenemos que trabajar con el consumidor, de forma que interiorice la necesidad de separar correctamente los residuos para que su posterior valorización sea efectiva. Y También con la industria hay que trabajar para evitar la mezcla de residuos. Los residuos mezclados son difíciles de reciclar y suponen una mala práctica que pretendemos minimizar en la medida de lo posible.
¿Qué retos y problemas tiene que hacer frente la economía circular?
La economía circular será esencial para mejorar la eficiencia de recursos en Europa, uno de los aspectos clave de Europa 2020.
Un estudio de la Comisión Europea estima que aumentando la productividad de los recursos 2% por año se podrían crear por encima de dos millones de empleos más que bajo el escenario actual. Otro estudio de la Comisión Europea señala que con la prevención de los desechos, el ecodiseño, la reutilización y otras medidas similares las compañías europeas podrían conseguir un ahorro neto anual de 600.000 millones de euros.
Tenemos que promover la eficiencia material de los productos para asegurar su durabilidad, reparabilidad, modularidad, facilidad de reciclaje, etc. Hay que tener en cuenta que el 80% del impacto medioambiental de los productos está determinado por la fase de diseño.
Se preguntaba usted en Green Circular Day si estamos dispuestos a vivir con menos, con productos reparados en vez de nuevos. ¿Cree que es posible ese cambio de mentalidad?
Creo que es importante avanzar hacia una desmaterialización del consumo, a una servitización. Esto redundaría en que deberíamos avanzar hacia un sistema de producción de bienes que duren más, más que en producir más bienes. Sé que esto es puede parecer utópico, pero se están dando pasos en este sentido.
Con relación al cambio de mentalidad permítame citar la última encíclica del Papa Francisco que nos recuerda que “los problemas ecológicos no se resolverán simplemente con nuevas aplicaciones técnicas, sin consideraciones éticas ni cambios de fondo”.
¿Por qué es importante que se celebren eventos como el Green Circular Day?
Establecer puntos de encuentro en el que intercambiar puntos de vista, visualizar el papel de los emprendedores y activar las mentes para un cambio como el que la economía circular nos presenta es muy necesario.