En marzo pasado Greenpeace Argentina presentó un informe según el cual se estimaba que durante este año unos 10 millones de celulares serán descartados durante 2010 y que al menos un 30 por ciento de estos aparatos serán depositados junto con los residuos domiciliarios en rellenos sanitarios o basurales. El objetivo era advertir sobre la contaminación que generan los teléfonos móviles una vez terminada su vida útil y denunció que el acelerado incremento en el recambio y descarte de celulares no está acompañado de una infraestructura especial de reciclado y recuperación de los materiales tóxicos y contaminantes que contienen los equipos.
El reciclaje de los móviles empieza a ser un asunto de importancia para las economías sustentables, y las alertas están todas puestas en ver como la industria de celulares puede tornarse cada vez mas “verde”. Un estudio fresquito de IDC pone la lupa en la responsabilidad coporativa de los fabricantes. Por ahora los datos son desalentadores. Apenas 10% de lo s miles de millones de móviles de todo el mundo se reciclan.
A nivel loca, según Greenpeace el descarte de teléfonos aumentó 4 veces en los últimos 5 años. El incremento en el consumo, la escasa vida útil de los productos, estimada en menos de 3 años, y las altas cifras de descarte conviven con un reducido circuito de reciclado. Hoy se recicla menos del 6% del total de los residuos provenientes del sector de tecnología.
El documento consigna que la cantidad de celulares enviados a rellenos y basurales podría ser mucho mayor debido a que existen 16 millones de líneas en desuso, a los que se suma que un alto porcentaje de los aparatos en uso podría ser renovado por los nuevos servicios que brinda la telefonía celular.
A nivel global, para entender mejor dónde se encuentra la industria móvil en la sostenibilidad, IDC utilizó cinco criterios (envases, materiales, energía, al final del programa de la vida, y los esfuerzos de sostenibilidad global) y 20 sub-criterios para crear un ranking verde de 10 fabricantes importantes de dispositivos móviles. Las 5 principales fabricantes de dispositivos móviles en términos de sus políticas de sostenibilidad y prácticas son (en orden alfabético): Apple, LG, Nokia, Samsung y Sony Ericsson.
El fabricante del iphone recicla en el 95% de de sus productos en los países donde tiene presencia, entre ellos Estados Unidos, India, China, Hong Kong, Malasia, Singapur, Nueva Zelanda Corea, y Australia.
La coreana LG ha logrado avances en su administración de energía, incluyendo el desarrollo de un cargador solar, y trata de continuar la implementación de soluciones de ese tipo en toda su línea de productos. LG ha reducido el poder de espera dentro de sus cargadores de móviles, y teléfonos móviles tienen un recordatorio de que el cargador emite un pitido cuando el teléfono está completamente cargado.
La finlandesa Nokia también permite reciclar entre 65% y el 80% de cualquier dispositivo fabricado y el resto, principalmente plásticos, se puede utilizar para alimentar el proceso de reciclaje.
Samsung ha establecido las fechas de 31 de diciembre 2012, para la toma de teléfonos móviles libres de los compuestos químicos tóxicos como ftalatos, berilio, compuestos bromados, y trióxido de antimonio.
Sony Ericsson por caso, ha reemplazado completamente manuales de papel con los manuales electrónicos y ahorró 350 toneladas de papel en 1 millón de teléfonos, lo que equivale a 13.000 árboles y 7.500 metros cúbicos de agua.
A partir de este panorama queda por ver si se instrumenta legislación que proteja a los argentinos de la contaminación. “Desde Greenpeace insistimos en la necesidad de una ley nacional de gestión de este tipo de residuos”, señaló oportunamente María Eugenia Testa, Directora Política de Greenpeace. “En la Argentina no existe prácticamente ninguna infraestructura formal para hacer frente a la basura electrónica y gestionar este tipo de residuos”, aseguró. “Cuanto más se retrase la implementación de políticas que promuevan la responsabilidad del productor para estos desechos, mayor será la cantidad de residuos electrónicos acumulados a ser tratados y mayores los costos de reparación ambiental”, señaló. “Los productores deben hacerse cargo financieramente de los aparatos que colocan en el mercado, desde la fabricación hasta el final de su vida útil cuando son descartados como residuos”.



















