Mare Terra Fundació Mediterrània quiere poner de manifiesto su malestar por la aparición de más de 300 kilos de llisas o mújoles localizados en las playas de Tarragona y procedentes de las tareas de descarte del pescado capturado por una embarcación de pesca que, al parecer y según informa la Cofradía de Pescadores de Tarragona, es ilegal y no dispone de permisos para faenar.
Se da el caso que la misma embarcación realizó las mismas de tareas de descarte hace unos días en aguas de Sant Carles de la Rápita y que la Generalitat de Catalunya ha sido avisada de ambos sucesos por parte de las cofradías de las dos localidades. Desde nuestra entidad queremos recordar la necesidad que tienen las administraciones, y también la obligación legal, de hacer cumplir a toda embarcación que navegue por las aguas de su competencia la normativa MARPOL.
Esta ley, establecida en 1978, tiene especial relevancia cuando hablamos de la limitación de las descargas al mar de los residuos procedentes de los buques o embarcaciones para reducir la contaminación de nuestros mares. El Puerto de Tarragona dispone de instalaciones adecuadas para la recepción de los residuos que se transportan pero hay aun embarcaciones que deciden hacer caso omiso de la ley para evitar así el coste de dicha recepción.
Se han dado diversos casos de cargueros o petroleros que han decidido limpiar sus bodegas vaciando en el mar los residuos procedentes de las sentinas de la sala de maquinas o de los equipos de depuración de combustible y aceites de motor. Esta mala praxis ha generado en más de una ocasión la llegada a nuestras costas y playas de la contaminación derivada de los vertidos pero no siempre se ha sabido si las administraciones habían aplicado la sanción correspondiente.
Por este motivo solicitamos, como hemos hecho en anteriores ocasiones, un mayor control a las autoridades competentes en este ámbito y pedimos que se endurezca, si es necesario, las sanciones a aquellos buques y barcos que no cumplan con la normativa MARPOL. El mar es de todos y hay que cuidarlo al máximo evitando su contaminación y también la sobreexplotación de sus recursos.