Actualmente, dentro del sector textil, la producción global se ha duplicado en los últimos 20 años, alcanzando un máximo histórico de 111 millones de toneladas en 2019 y manteniendo previsiones de crecimiento para 2030. Desde 1996, la cantidad de ropa que adquiere un europeo promedio ha aumentado en un 40%, impulsada por la caída de los precios y la expansión del modelo de consumo conocido como “fast fashion” (moda rápida). Este incremento, junto a la reducción del tiempo de uso de las prendas característico del modelo de consumo actual, ha resultado en la generación de enormes cantidades de residuos textiles. Además, la alta variedad de residuos textiles hace que sea muy difícil la valorización, por lo que más del 80% de estos productos acaban en vertederos o son incinerados, perpetuando un modelo de economía lineal.
Considerando esta problemática, la nueva legislación europea sobre gestión de residuos establece la obligación para los países de implementar la recogida selectiva de residuos textiles antes del 1 de enero de 2025. Además, se fijan objetivos específicos relacionados con la preparación para la reutilización y el reciclaje de estos residuos. La norma más relevante en el ámbito estatal es la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que incluye las medidas de gestión de residuos necesarias para cumplir con los objetivos que marca la Unión Europea para los Estados miembros. Entre estas medidas se encuentra la prohibición de destruir excedentes de productos no perecederos que no hayan sido vendidos, o el establecimiento de regímenes de responsabilidad ampliada del productor para los textiles, lo que implica que cualquier productor que desee comercializar un producto deberá asumir el coste de su gestión, incluyendo su recogida y tratamiento.
Es por esto que el proyecto WASTE2CHEMVALUES2024, desarrollado por AITEX, apuesta por la economía circular, empleando residuos como fuente de materias primas, promoviendo así este tipo de economía en los entornos industriales. En este contexto, AITEX ha impulsado el uso de procesos termoquímicos en el sector textil con el objetivo de reducir su impacto ambiental. A la vez, se ha estudiado la utilización de residuos para la obtención de productos químicos de interés para la propia industria textil como para sectores adyacentes.















