El expresidente de Enresa ha sido claro y tajante sobre la reducción de la conocida tasa Enresa ya que, según sus propias palabras, «si se reduce la tasa, los residuos no se gestionarán con seguridad». Esta ha sido la confirmación del expresidente de la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (Enresa) José Luis Navarro, que apunta que, si esta compañía pública no recibe los ingresos suficientes, «llegará un día en el que no podrá gestionar con seguridad» los desechos nucleares.
«Las centrales nucleares pagan la tasa Enresa solo mientras está funcionando, de modo que el día que dejen de operar ya no aportarán fondos», explica ante una realidad que se irá acometiendo de manera escalonada entre los años 2027 y 2035 según el calendario fijado por el Gobierno central.
Es importante recordar que la tasa Enresa es una tarifa fija que abonan las empresas gestoras de las centrales nucleares a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA) para financiar la gestión y el almacenamiento de los residuos nucleares, incluyendo su futuro desmantelamiento.
«Bajar la tasa Enresa es reducir la seguridad de la gestión de los residuos de las centrales nucleares»
El expresidente de la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos (Enresa) José Luis Navarro ha subrayado que la conocida como tasa Enresa es «absolutamente inevitable» y ha advertido de que, si esta compañía pública no recibe los ingresos suficientes, llegará un día en el que no podrá gestionar «con seguridad» los desechos nucleares.
«Todo lo que se reduzca -la tasa- será insuficiencia de fondos», ha advertido este lunes en la Comisión de Hacienda y Presupuestos de la Asamblea de Extremadura, en la que ha comparecido, a petición del PSOE, en el marco del periodo informativo de la proposición de ley impulsada por Vox para reducir la tasa Enresa que pagan las centrales nucleares.
En su intervención, el que fuera presidente de esta compañía estatal entre 2018 y 2024 y consejero de la Junta de Extremadura, ha rogado a sus señorías que distingan entre dos debates, el de la energía nuclear y el de la gestión segura de sus residuos porque estos «no tienen color político».
Tras aclarar que la conocida como tasa Enresa es, jurídicamente, una prestación patrimonial pública de carácter no tributario, Navarro ha explicado que la única misión de Enresa es prestar el servicio público esencial de gestión de los residuos radioactivos y de desmantelamiento de las instalaciones nucleares. En este sentido, ha señalado que cualquier industria debe entregar sus residuos a un gestor autorizado y pagar por ello un precio de mercado, al igual que ocurre en el caso de las plantas nucleares, con la diferencia en este caso de que el único gestor autorizado es la Empresa Nacional de Residuos Radioactivos.
Ha recalcado que las centrales nucleares pagan la tasa Enresa solo mientras está funcionando, de modo que el día que dejen de operar -lo harán de manera escalonada entre 2027 y 2035 según el calendario fijado por el Gobierno- ya no aportarán fondos.
Plan de gestión de residuos nucleares
De este modo, ha apuntado, Enresa dejará de recibir ingresos en 2035 pero tendrá actividad hasta 2100 -que es cuando concluye su plan de gestión de residuos radioactivos-, un periodo en el que tendrá que desmantelar siete reactores, construir un gran almacén subterráneo y transportar a este el combustible nuclear de todas las centrales.
«El que seamos rigurosos y acertemos en las previsiones de cuáles son los costes futuros, hará que el dinero que haya en las cuentas de Enresa el día que pare la última central sea o suficiente o insuficiente», ha expresado Navarro. Si es deficiente, ha añadido, «el responsable de haber generado esos residuos ya no tendrá ninguna responsabilidad», y solo habrá dos alternativas, recaudar fondos vía impuestos o a través de la tarifa eléctrica.
En este punto, el expresidente de Enresa ha argumentado que en otros países el modelo es completamente distinto y ha puesto como ejemplo el caso de Estados Unidos, donde cada central gestiona sus residuos y «una vez que ha parado tiene que seguir muchos años costeando la gestión de sus residuos».
A su juicio, se trata de un modelo «mucho más justo y equitativo» que el español porque «quien causó el problema va a seguir siendo el responsable de solucionarlo hasta el último día». «El modelo americano yo lo firmaba ahorra mismo, cogíamos los 8.000 millones -fondo con el que cuenta Enresa para el desmantelamiento nuclear y que aspira a alcanzar los 20.120 millones- y les decía a las empresas, toma, y ahora el riesgo es tuyo», ha expresado.
Sin embargo, según ha indicado, la mayoría de los estados occidentales han dejado esta responsabilidad en manos públicas para que los ciudadanos tengan la seguridad de que los residuos «no se gestionan buscando el ahorro del último céntimo, sino que la prioridad es la seguridad».
En respuesta a las preguntas de los grupos parlamentarios, José Luis Navarro ha señalado que si se alarga el funcionamiento de las centrales nucleares, habrá un mayor volumen de residuos, aunque «no tendría un impacto proporcional».
Ha defendido además la «excelencia» de los técnicos que elaboran los planes generales de residuos radioactivos (PGRR), con independencia de quien gobierne y, al ser preguntado por si se paga también una tasa por los residuos que generan las fuentes renovables, ha respondido que hay una «gran diferencia» porque estos últimos «no son mortales». EFE / ECOticias.com