Erik Solheim, Director Ejecutivo de ONU Medio Ambiente, incidió en la amenaza permanente que supone la contaminación para la vida silvestre, los ecosistemas y la vida de la personas, confiando en que se pueda hacer frente a un desafío de tal magnitud porque “sabemos lo que debemos hacer para prevenir la polución y reducirla”.
El pasado 28 de septiembre, ONU Medio Ambiente lanzó un informe que, bajo el título “Hacia un planeta libre de contaminación”, pretende definir las líneas a seguir para avanzar, con paso firme, hacia un modo de vida más limpio, saludable y sostenible, instando a los distintos sectores sociales (empresas, autoridades locales, sociedad civil y ciudadanos particulares) a pasar a la acción.
La publicación sale a la luz con carácter previo a la celebración de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que tendrá lugar en Nairobi (Kenia), del 4 al 6 de diciembre, siendo la contaminación la temática central por excelencia.
Erik Solheim, Director Ejecutivo de ONU Medio Ambiente, incidió en la amenaza permanente que supone la contaminación para la vida silvestre, los ecosistemas y la vida de la personas, confiando en que se pueda hacer frente a un desafío de tal magnitud porque “sabemos lo que debemos hacer para prevenir la polución y reducirla”.
En este marco, el informe se hace eco de cinco mensajes globales: la necesidad de contar con un convenio mundial sobre contaminación que sitúe la prevención como medida prioritaria; el fortalecimiento de la gobernanza ambiental en todos los niveles; el fomento de la sostenibilidad, tanto en la producción como en el consumo, utilizando de forma eficiente los recursos y reduciendo los desechos producidos; la inversión en producción y consumo más limpios; y el fomento de alianzas y colaboraciones entre los múltiples actores implicados a fin de promover la innovación, el intercambio de conocimientos y la investigación.
El documento abunda en el hecho de que la contaminación es controlable y evitable, y pone de relieve el papel de los acuerdos ambientales multilaterales, incluyendo el de cambio climático y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Asimismo, propone medio centenar de intervenciones viables para abordar la contaminación en todas sus formas. Entre éstas, migrar a la movilidad eléctrica; tratar, reciclar y reutilizar las aguas residuales para reducir la descarga en cuerpos de agua dulce; y desarrollar alternativas más seguras para los productos químicos tóxicos a través de la química sostenible.